De camino a Virtsu de donde sale el ferry hemos parado en Haapsalu, una ciudad con un castillo medio derruido, casas de madera, una costa con el agua negra como todas las demás que hemos visto y un paseo marítimo donde hay un banco dedicado a Tchaikovski, porque era un visitante asiduo y disponía de una residencia de verano. En la ciudad se vislumbra el esplendor pasado.
Los hoteles con spa y tratamientos de belleza con barro también abundan en la zona ya que las propiedades curativas del agua marina y del fango termal son famosas desde principios del siglo XIX.