Nos hemos levantado temprano y hemos atravesado las dos islas, Saaremaa y Muhu hasta llegar al embarcadero del ferry para volver al continente. Durante la travesía hemos aprovechado para desayunar. Hace 4 días que no hemos visto el sol aunque la temperatura es agradable, en el cielo hay siempre una capa de nubes grises que hoy se confundían con el color oscuro del mar que veíamos desde el barco.
Pärnu es una ciudad situada en la costa y hoy por primera vez hemos visto en este país una playa en la que si hubiera hecho sol hubiéramos sido capaces de bañarnos, aunque la orilla era un tanto peculiar. El fondo del mar es del lodo negro famoso en la zona y utilizado para tratamientos de belleza en los spas de la ciudad. Además era una playa en la que el agua sólo le llegaba hasta los tobillos a todos los bañistas por mucho que se hubieran adentrado, y más que un mar parecía un lago con el agua totalmente quieta.