viernes, 4 de julio de 2014

Tarragona, Perpignan. Día 1.

Empezamos un nuevo viaje dispuestos como siempre a conocer países, culturas, lenguas, costumbres, historia, paisajes, gentes…Esta vez la ruta nos llevará hasta Montenegro, atravesando previamente Francia, Italia, Croacia y de vuelta pasaremos por Bosnia-Herzegovina y por Eslovenia.
Después de mucho pensar diferentes posibilidades para realizar el viaje: avión y coche de alquiler, autocaravana o nuestro coche, nos hemos decantado por esta última. Aunque son muchos kilómetros, la comodidad de salir de casa con todo lo necesario en el maletero y la posibilidad de visitar algunas cosas pendientes por el camino hasta Croacia nos hicieron decidirnos.

Hemos salido de casa después de comer, así que el día tampoco ha dado para mucho.
Llegar hasta Perpignan por la autopista, con menos tráfico del que esperábamos un viernes de julio a estas horas, nos ha ocupado casi toda la tarde.

Después de llegar al hotel, a las afueras de Perpignan, hemos ido hasta el centro de la ciudad a dar un paseo.

El Castellet, una fortificación de ladrillo rojizo que fue la puerta de entrada a la ciudad y también una prisión ha sido el comienzo de la visita.







Un poco más allá estaba la Catedral de San Juan Bautista y en la Place de la Loge hemos encontrado un edificio gótico, con gárgolas, ventanales y una escultura de un barco en el tejado que nos ha gustado mucho.




Luego, a través de calles estrechas y tortuosas, contemplando edificios de barandillas de hierro forjado en los balcones y porticones en las ventanas hemos llegado hasta el Palacio de los Reyes de Mallorca, un castillo-fortaleza con los muros exteriores en forma de estrella, pero claro, eran ya las 8 de la tarde y la última visita había sido a las 5 y cuarto, que los franceses se tienen que ir a cenar, así que nos hemos contentado en verlo por fuera.


Y callejeando hemos llegado al río a la tienda oficial de la USAP, equipo de rugby de la ciudad.




Tenemos serias dudas de si es verdad que en esta zona se habla catalán, los rótulos con los nombres de las calles están en francés y catalán, pero no hemos oído a nadie hablar catalán, y cuando hemos intentado hablar con las recepcionistas del hotel en catalán nos han dicho que sólo sabían un poco de español.

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