Seguimos avanzando hacia Tarragona. El viaje de ida hasta Normandía que hicimos en un día se hizo eterno. La vuelta, en la que nos vamos aproximando poco a poco y parando para hacer visitas es mucho más soportable.
Llegamos a
Oradour-sur-Glane a media mañana. Este pueblo fue
destruido por una compañía de la División SS Das Reich alemana, el 10 de julio de 1944, días después del desembarco de Normandía mientras eran movilizados hacia el norte. Murieron 642 personas, algunas fueron ametralladas y quemadas en la iglesia y otros fueron heridos en las piernas para que murieran desangrados poco a poco. Algunos de los fallecidos eran republicanos españoles exiliados de la Guerra Civil que habían llegado a Francia buscando un lugar donde vivir tranquilos.
Después de la masacre el pueblo fue objeto de pillaje y posteriormente se le prendió fuego, lo que permitió que la población quedara tal y como estaba. Al final de la guerra, las ruinas de la población fueron mantenidas en su estado por orden del gobierno francés, como recuerdo de este crimen y símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación nazi.
Esta zona era irrelevante desde el punto de vista militar y se cree que simplemente fue una práctica de terror y violencia intimidar a la oposición de la población civil y la acción de los partisanos y guerrilleros.