Ya estamos de vuelta en casa, ha sido un viaje estupendo, un país fantástico para visitar, eso sí, sólo para visitar, vivir allí tiene que ser durísimo. Si en verano íbamos con nuestros anoraks de ir a la nieve no me quiero ni imaginar el invierno.
Como casi siempre que regreso de vacaciones me vengo con la sensación de que me han quedado miles de excursiones por hacer y miles de rincones por descubrir. Pero el mundo es demasiado grande y el presupuesto limitado, por lo que me conformo con todo lo que he podido experimentar.
La isla tiene unos 300.000 habitantes, la mitad aproximadamente están concentrados en el área de influencia de Reykjavik, la otra mitad dispersos en el resto del país. Excepto Akureyri, en el norte, con 18.000 habitantes, el resto de "pueblos" tienen entre 20 y 1500 habitantes, y luego hay muchísimas granjas dispersas por todo el territorio, a kilómetros de un supermercado, gasolinera y a menudo tambien a kilómetros de distancia del vecino mas próximo.
Txus ha tenido todo el viaje la impresión de irnos cruzando con la misma gente, turistas que hacian un recorrido similar al nuestro y a los que íbamos encontrando varias veces.
La visita ha superado mis expectativas, aunque las guías, foros y conocidos que ya lo habían visitado opinaban que era un país impresionante hay cosas que no se pueden explicar con palabras, ni siquiera con fotos. El estruendo de las cataratas unido al agua de la cascada que te salpica aunque estés a decenas de metros de distancia de la caida, el reflejo de la luz en los icebergs de los lagos, el olor de las zonas volcánicas, el sonido de chup-chup de las calderas de barro hirvierdo...
Muchos paisajes diferentes y algunas cosas que no se pueden ver a tan poca distancia las unas de las otras en ningún otro sitio del mundo. Os lo recomiendo.
A mi personalmente las tres cosas que más me han gustado han sido:
