domingo, 22 de julio de 2012

Jornada 9. Reykjavik.

Domingo, 22 de Julio de 2012.

Esta mañana estaba el día muy nublado y no parecía que fuera a mejorar, además la previsión era de lluvias intermitentes. Pero la vida del turista es dura y llueva, nieve o haga viento hay que salir a visitar cosas ya que el tiempo es limitado.

Nos hemos dirigido hacia el centro de la ciudad y ha resultado que el apartamento está más lejos de lo que esperábamos. Después de caminar un buen rato por calles y avenidas más pensadas para coches que para viandantes hemos podido empezar la visita turística.

La sensación es que la ciudad es gris, las calles, las casas, los tejados, las iglesias, ... Es cierto que también se pueden encontrar edificios o zonas con más color pero predomina el ambiente gris, puede ser que las nubes y la lluvia intermitente favorezcan esta impresión pero después de visitar el resto del país, la capital sabe a poco. La recomendación para quién quiera visitar Islandia es empezar la ruta por la visita a la ciudad.

Nuestra visita ha empezado por el edificio Perlan. Sobre unos depósitos, grises, que contienen miles de litros de agua caliente, hay una cúpula acristalada y un mirador desde el que se pueden admirar todos los alrededores.




De allí hemos ido, bajo una lluvia bastante intensa, a la iglesia de Hallgrímskirkja. La construcción, gris, recuerda las estructuras de las columnas de basalto. El interior (y el exterior) es muy sobrio, sin florituras ni nada supérfluo. Solo resalta el organo que hemos podido escuchar mientras ensayaba para el concierto de por la "noche". Sorprenden los bancos, que todos ellos están tapizados y el respaldo cambia de posición para poder sentarse mirando al altar o mirando hacia el órgano.



Justo delante de la iglesia, parte una calle, Skolabordustigur, que tiene un cierto encanto


y que enlaza con las calles peatonales del centro donde hemos estado paseando un rato hasta llegar al estanque Tjörnin.



Alrededor del estanque se concentran gran variedad de aves que son alimentadas por los transeúntes. En la orilla norte se encuentra el ayuntamiento.



Se ha hecho la hora de comer y nos hemos dirigido al puerto antiguo. La idea era comer en el Sægreífínn (el Barón del mar), recomendado en todas las guías. Es un lugar pintoresco, con largas mesas de madera y una nevera con bandejas con brochetas de pescados varios: salmón, ballena monje, ... Escoges lo que quieres, lo pagas y ellos te lo cocinan al momento. También te puedes llevar las brochetas a casa. A los niños no les ha hecho mucha gracia el tipo de comida y hemos optado por ir a otro restaurante cercano, Höfnin (www.hofnin.is) que ha resultado todo un acierto, tanto ellos como nosotros hemos comido muy bien. Además el precio no ha sido muy caro ya que los niños al ser menores de 12 años, sólo pagan la mitad del plato aunque les traigan la ración entera.

De allí y bordeando el "paseo marítimo" hemos llegado al famoso monumento "Sun Craft", una escultura de metal que mira al mar y recuerda un barco vikingo o un esqueleto de ballena.






De vuelta a las calles del "centro" hemos curioseado en las tiendas de Laugavegur, arteria comercial de la ciudad, y nos hemos asombrado con la manera de entender la moda de los islandeses.


De camino de vuelta al apartamento, nos hemos asomado a las piscinas termales de Laugardalur y hemos pasado junto a una iglesia con un diseño muy similar al instituto de energía fotovoltaica de Mazinger Z, la Áskirkja en la calle Vesturbrún.



Los niños y yo tenemos la teoría que para evitar ser atacados por el Doctor Infierno Koji y compañía han trasladado el instituto a Islandia y guardian a Mazinger bajo las cercanas piscinas de Laugardalur.

Hemos llegado al apartamento cansados de caminar y mojados por la lluvia que nos ha ido cayendo durante todo el trayecto.

1 comentario :

Anónimo dijo...

delante de la casa azul vive mi amogooo!!! jajaja