sábado, 21 de julio de 2012

Jornada 8. Varmahlid, Blönduós, Hvammstangi, Ósar, Hvalfjördur, Reykjavík.

Sábado, 21 de Julio de 2012.

Nuestro objetivo del día era llegar a Reykjavik a las 16:00 para entregar la caravana. De camino hemos pasado y repostado en Blönduós, un pueblo de unos 1000 habitantes con la primera gasolinera en muchos kilómetros y una iglesia muy especial. Su diseño es moderno y funcional pero muy atractivo y contrasta la claridad de su interior con el gris oscuro de su exterior.






Como íbamos bien de tiempo hemos decido complicarnos la vida, aunque a priori no lo sabíamos. Hemos hecho un alto en Hvammstagi, capital de las focas y principal población de la península de Vatnsnes. Allí nos han indicado que un par de horas podíamos rodear la península y ver focas en la playa que hay frente a Ósar. La carretera que bordea la costa es sin asfaltar pero en buenas condiciones para la caravana.



Hay multitud de casas-granja con pequeños secaderos de pescado en la puerta.


Hemos llegado a Ósar en dos periquetes y allí estaban. Hemos bajado a la playa y caminado hacia el sur (con algunas dificultades por el ataque de un pájaro loco) y frente a nosotros, a más distancia de la que nos hubiera gustado, había una larga hilera de focas que hemos podido observar con más detalle gracias a los prismáticos y al teleobjetivo de la cámara.




En la misma playa pero un poco más al norte del aparcamiento hay una curiosa formación rocosa en medio del mar, el Hvitserkur, que asemeja la cabeza de un troll que quiere salir del agua.




Ahora sí, ya sin posibilidad de perder ni un minuto nos hemos dirigido a nuestra última etapa (doble) en la ruta. Lo único destacable en el camino a Reykjavik ha sido el poder cruzar el fiordo de Hvalfiördur por un túnel de peaje bajo el mar. Hemos llegado 15 minutos tarde, aunque hacía frío y lloviznaba el amigo que ha venido a recoger la caravana iba en tirantes (cosas de los islandeses). Nos ha costado un poco encontrar el apartamento, al entrar en él nos ha parecido enooooorme, comparado con la caravana. Tener un cuarto de baño, una cocina grande, dos dormitorios y un salón con sofá parece el mejor de los lujos.

Estamos de vuelta en la civilización.

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