sábado, 15 de julio de 2017

Bucarest - București. Día 2.

Este ha sido nuestro último día en Rumanía, nuestro avión salía a media tarde por lo que teníamos programada una única visita al Palacio del Parlamento.

Sólo acercarse al palacio ya permite comprobar sin lugar a dudas que se trata del proyecto de un dictador loco al que sólo le importaba sentirse importante a cualquier precio. Ceausescu, después de visitar Corea del Norte decidió que él también quería un imponente palacio frente a una amplia avenida donde los ciudadanos pudieran hacer desfiles en su honor.  Para construirlo fue necesario destruir los edificios de una enorme área del centro de la ciudad que comprendía 10.000 viviendas y varios monasterios e iglesias.

Palacio del Parlamento desde el parque Izvor

Comprar las entradas es un proceso difícil, digno de la administración rusa. Hay que hacer dos colas diferentes, una de ellas compartida con los que compran recuerdos en la tienda, es imprescindible enseñar el pasaporte y sólo se puede pagar en efectivo. Cuando consigues terminar todo el proceso te asignan una hora de comienzo para la visita guiada, antes de la cual te hacen pasar por estrictos controles de seguridad y te hacen dejar el pasaporte en el control de seguridad el tiempo que estás dentro del edificio.

viernes, 14 de julio de 2017

Bucarest - București

Después de recorrer un país con uno paisajes naturales encantadores  en los que predominan los pueblos tranquilos y los paisajes verdes, llegar a una capital gris y abarrotada de tráfico siempre produce un sentimiento de desasosiego.

Tras la primera impresión, después de pasear un rato hemos podido comprobar que en la capital también hay rincones con encanto y que goza de una vibrante vida social y de ocio.

Piața Romană

jueves, 13 de julio de 2017

Castillo de Bran y Castillo de Peles


A primera hora de la mañana para evitar aglomeraciones nos hemos dirigido al castillo de Bran. Hemos llegado a las 9, hora a la que abren ( 35 leí adultos, 7 leí estudiantes). El castillo desde fuera es bastante impresionante ya que se alza sobre una pared de roca y tiene de fondo las verdes montañas de los Cárpatos.

Una vez dentro, hay que ir recorriendo un circuito señalizado que pasa por diferentes dependencias. El problema es que una vez dentro de las salas del castillo se pierde un poco las perspectiva de donde estas y sólo en las salas que dan al patio central sigues teniendo la sensación de estar visitando un castillo de esta magnitud.

Castillo de Bran

miércoles, 12 de julio de 2017

Prejmer, Brasov y Magura


¡Vaya día ! Allí donde llegábamos estaba lloviendo.

Cetatea Rupea. Fortaleza de Rupea

La iglesia fortificada de Prejmer es la más sorprendente y original de todas las que hemos visto. Construida en el S.XIII,  la muralla que rodea la iglesia tiene 272 pequeñas celdas que permitían albergar a toda la población en caso de ataque o asedio.

martes, 11 de julio de 2017

Biertan y Sighisoara

Cuando pensábamos que las sorpresas se habían acabado ya en este viaje porque ya estábamos en la zona más turística del país, el día nos ha deparado unas cuantas.

Al norte de los Cárpatos existe una zona que fue colonizada por los sajones en el S XII cuando el rey Húngaro Géza II invitó los sajones a instalarse en la región. La mayoría llegaron desde la Alemania occidental y a partir del S.XV ante la amenaza de invasiones turcas fortificaron las poblaciones y las iglesias.

Ayer, en Sibiu, ya nos dimos cuenta de que la arquitectura era muy parecida a la de las ciudades alemanas y austriacas.

Hemos tomado una carretera secundaria para ir de Sibiu a Biertan pasando por Hosman, Alțâna, Agnita y, por error, por Ruja. Hileras de casas de colores se alinean a lo largo de la carretera en todos los pueblos de la región. La mayoría tienen tejados a cuatro aguas con tejas redondas, tres ventanas en la fachada y un gran portón que es la entrada al patio interior, que comunica con el granero de la parte posterior de la casa.

En muchos de estos pueblos hay un gran porcentaje de población gitana ya que el valle quedó prácticamente despoblado hace unos años y ellos se asentaron en los pueblos vacíos. Hasta ahora apenas habíamos visto habitantes de esta etnia.

El primer pueblo en que hemos parado ha sido el de Alțâna, en el que hemos realizado una visita a la oficina de correos. El empleado buscaba los sellos dentro de una libreta junto al cenicero lleno de colillas de haber pasado la mañana fumando en la oficina.

La iglesia fortificada estaba cerrada y sólo la hemos podido ver por fuera, pero nos hemos hecho una idea de la estructura: una galería cubierta dentro de la cual están las empinadas escaleras que conducen a la iglesia y una muralla que rodea todo el recinto.

Iglesia fortificada de Alțâna

Viscri

Viscri es una visita imprescindible.
Se accede por una  carretera de 7 km a trozos sin asfaltar y con enormes agujeros en los trozos asfaltados. Pero enormes de verdad, que como se te meta un neumático no sales de allí.

Pero el accidentado camino ha merecido la pena. En un entorno totalmente rural, calles de tierra o de adoquines con las casas de colores típicas de la zona y coronadas por una iglesia fortificada blanca de la época medieval.

Como era última hora de la tarde la mayoría de turistas ya se habían ido y nos hemos encontrado un pueblo lleno de niños correteando por la calle, gallinas, gansos, y vacas que sin ayuda de nadie volvían de los pastos y se dirigían solas hasta su casa.

Iglesia fortificada en Viscri