martes, 26 de julio de 2016

Riga

Hoy hemos visitado Riga y nos ha parecido una ciudad muy bien cuidada, agradable para pasear aunque se le nota más la influencia rusa que a su vecina Tallin.

En Letonia  hay un conflicto de étnias, una quinta parte de los habitantes del país son rusohablantes, descendientes de funcionarios y trabajadores de la época de ocupación soviética y muchos de ellos ni siquiera tienen derecho a voto ya que tienen problemas para obtener la ciudadanía letona.

La gastronomía también es muy similar a la rusa, en los restaurantes y en el super hemos visto que la comida y la bebida es parecida a la que encontramos en Rusia, beben mors y kvas, comen sopa de remolacha roja y blinis.

Nos hemos acercado caminando al centro de la ciudad, a la plaza de la estación central,  desde allí queríamos acceder al centro histórico pero nos hemos equivocado de salida en el paso subterráneo para cruzar la calle y hemos acabado sin querer frente al rascacielos de la Academia de Ciencias, que es como los rascacielos de Stalin en Moscú y que también tiene frisos con la hoz y el martillo en sus muros exteriores. Hemos subido hasta la planta 17 de donde se divisa una panorámica de toda la ciudad.

Estación Central de Riga

Fachada de la estación Central de Riga

Academia de las Ciencias

Mercado central, Puente sobre el Daugava y Biblioteca Nacional

Iglesia de San Pedro y catedral de Riga (a la izquierda)

El segundo intento de llegar al centro ha sido más exitoso atravesando los agradables jardines de Baltejkanls, con canal incluido,  hemos empezado a descubrir los principales edificios y monumentos de la ciudad.


El monumento a la libertad nos ha servido de puerta de entrada a la ciudad vieja que es Patrimonio de la Humanidad. Recorriendo Kalku iela se pasa por unos cuantos de los edificios destacados, la casa del gato, muchos edificios típicos medievales, aunque como la ciudad no conserva sus murallas no es tan evidente su aire medieval como en Tallin.

Monumento a la Libertad



Plaza de Livonia, Livu Laukums


Casa del Gato en la Plaza de Livonia

De todas maneras callejear por el centro histórico nos ha gustado, por todos sitios hay edificos con encanto. Al final de la calle se haya El palacio de la Fraternidad  de los Cabezas Negras, de estilo neogótico construido a principios del siglo XIV por un grupo de ricos solteros que se denominaban de esta curiosa manera, con una fachada ricamente decorada con estatuas, pinturas, capiteles y un reloj muy curioso.

Casa de los Cabezas Negras e Iglesia de San Pedro


Plaza de la Catedral de Riga, Doma Laukums. Detrás, el campanario de la Catedral de Santiago

Plaza de la Catedral de Riga

También hemos visto la catedral, y hemos llegado a los 3 hermanos, un conjunto de 3 edificios uno de los cuales se dice que es el más antiguo de Riga, pero que nos han decepcionado un poco.

Dos de los Tres Hermanos

Río Daugava desde el Castillo

Hemos llegado al castillo, que es la residencia del primer ministro que tampoco nos ha gustado demasiado, en la plaza que hay junto al castillo nos hemos parado a comer y Estela y Txus se han atrevido a pedir el menú del día sin tener muy claro que es lo que les iban a traer para comer.

Hemos salido de la parte antigua atravesando la Puerta Sueca y contemplado la torre de la Pólvora, dos de los pocos elementos que se conservan todavía de la antigua muralla medieval.

Puerta Sueca

Nos hemos adentrado en las amplias y ordenadas avenidas trazadas a mediados del XIX , tras caminar por la calle donde se encuentran las embajadas,  hemos llegado a una zona única.
En la manzana que forman las calles Elisabetes, Strelnieku y Alberta se alinean, sin dejar espacio para nada que no sea el asombro, una colección de edificios de art nouveau algunos de ellos del arquitecto Mijail Eisenstein.

Fachadas ricamente decoradas, combinaciones preciosas de colores, esculturas de figuras fantasmagóricas y ventanas de las más variadas formas nos han sorprendido en cada uno de los edificios.

Edificio en Antonijas iela

Alberta iela, 2


Alberta iela, 4

Alberta iela, 8


Alberta iela, 13

Elizabetes iela, 10

Elizabetes iela, 10

Elizabetes iela, 33

Hemos observado también que tienen una manera peculiar de aparcar, que la calle es estrecha para aparcar dos hileras y que circulen los coches, ... no hay problema, pintamos las líneas agarrando un poco de acera y ¡listo!

una curiosa manera de obtener plazas de aparcamiento

Un poco más allá, junto a uno de los múltiples parques de la ciudad, el Esplanade, hemos visitado la Catedral ortodoxa de la Natividad, preciosa como casi todas las iglesias ortodoxas, con las cúpulas pintadas de dorado.

Cuando Estela ha ido a devolver un delantal-falda que le habían prestado para poder acceder al templo la señora de la entrada le ha regañado diciéndole que estaba muy mal doblado, que si en su casa hacía lo mismo.

Iglesia de la Natividad

Iglesia de la Natividad

Después de cenar, como era pronto, hemos ido hasta un memorial dedicado a todos los que ayudaron a los judíos en la época nazi, situado en la misma plaza que los restos de una sinagoga que quemaron con los fieles dentro, en la esquina de las calles Gogola con Dzirnavu.
Por muchas  veces que hayas oido, leido y visto la historia del exterminio que llevaron a cabo los nazis, cuando llegas a un lugar donde se hace evidente el sufrimiento que pasó una buena parte de la población no puedes más que estremecerte y pedir que nunca nos toque vivir algo parecido.

Sinagoga vieja

Monumento memorial

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