sábado, 18 de agosto de 2018

Edinburgh. St. Andrews

18 de Agosto Sábado.

Nos levantamos dispuestos a hacer el segundo intento de visitar el castillo antes de abandonar Edimburgh.
Pretendemos ir en bus hasta el centro pero nos encontramos con otra estúpida norma inglesa, el bus hay que pagarlo exacto, si das de más no te devuelven cambio. así que cogemos un Uber hasta Victoria Street. 
Volvemos a recorrer esta preciosa calle, a estas horas de la mañana mucho mas tranquila que ayer por la tarde. 

Castillo de Edinburgh


Catedral de Saint Giles



Grassmarket

En Victoria St.




Subimos de nuevo por la Royal Mile y nos cuesta un rato encontrar la bala de cañón encastada en la pared de la Cannonball House. Entramos a la plaza donde están las gradas instaladas, debe ser impresionante ver un espectáculo en este escenario, con el castillo al lado y la Old Town alrededor.

Cuando nos hacemos una foto con la estelada en la puerta del castillo viene una señora de seguridad a decirnos que las banderas están prohibidas, pero los guías de los grupos de turistas también llevan una banderita de su país para guiar al grupo. Vamos incorporando más y más normas incomprensibles.




Después de ver el castillo decidimos volver a entrar en la catedral, ayer no vimos la Thristle Chapel y la verdad es que vale la pena contemplar las tallas de madera de los asientos rematadas con cascos de los caballeros y el techo ricamente decorado.

A la salida de la catedral conseguimos hoy localizar el corazón de Midlothian encastado en el suelo. Marca el lugar donde se encontraba la prisión de la ciudad y la tradición dice que hay que escupir sobre él para tener suerte, pero hacemos caso omiso de la recomendación.

Thristle Chapel



Volvemos al apartamento coger las maletas, vamos a recoger la autocaravana y al super a comprar comida para un par de días.

Nos dirigimos hacia el norte, nuestra primera parada va a ser Saint Andrews, donde se encuentran las monumentales ruinas de la catedral medieval, construida en el S. XII y que fue saqueada tras la reforma protestante de 1559.

Las ruinas nos sorprendren y maravillan. Los restos del claustro entre el siempre verde césped y lo que queda de las torres y la fachada principal es espectacular. Con el mar de fondo en entorno es imponente.



Paseamos entre las ruinas de los que queda de la iglesia, el claustro y las lápidas del cementerio y luego damos un paseo hasta la playa por sendero al lado del mar, vemos las ruinas del castillo y visitamos las calles más céntricas de la ciudad, muy bien cuidada y con casas con encanto.













Al salir atravesamos incontables campos de golf. St Andrews es la cuna de este deporte, como el césped ya crece de manera natural solo tuvieron que hacerles unos agujeritos a los montículos verdes que tenían. Cruzamos resorts de Golf&Hotel durante bastantes kilómetros.

Volvemos a conducir un rato hasta llegar a las Piedras Pictas de Aberlemno ( Pictish Stones).  Google Maps nos lleva por un estrecho camino de un solo carril apenas unos centímetros mas ancho que la autocaravana. Pasamos un mal rato durante las 6 millas de camino ya que es  imposible que pasen dos vehículos y tememos encontrarnos alguien de cara, también sufrimos un poco para tomar alguna curva. Al llegar al pueblo descubrimos que hay otra carretera mucho más ancha de un carril por sentido por la que podríamos haber venido.


Las piedras fueron talladas por los pueblos pictos, unas tribus guerreras que habitaban en la zona hace 2000 años. Nos gustan mucho los dibujos, las tramas entrelazadas , los animales esculpidos. Una de las piedras se encuentra en el cementerio y las otras a unos 100 metros a la orilla de la carretera.







Como ya ha anochecido, sólo nos queda conducir hasta el Castillo de Dunnotar y pasar la noche en el aparcamiento para poder visitarlo a primera hora de la mañana.

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