He salido de Poblet a las 7:15. El cielo justo clareaba y aunque las campanas de Maitines habían sonado hacía rato el entorno del monasterio aún dormía.
Saliendo del monasterio me han acompañado las viñas (de las bodegas Torres) mientras el sol se desperezaba. Poco después, antes de llegar al Castell de Milmanda, ha llegado la niebla que le daba un toque casi místico al camino pero que me ha dejado sin poder disfrutar del paisaje.
Entre el Castell de Milmanda y la ermita de la Mare de Déu dels Torrents (con su zona de picnic) el camino se pierde junto a una casa en una colina y junto al bosque y yo casi me pierdo con el. Gracias que llevo el teléfono y que tras dar un par de vueltas he encontrado una marca del GR.
En seguida he llegado a Vimbodí y he desayunado un fantástico bocadillo de botifarra aunque me han hecho esperar un poco.
Hasta el próximo pueblo, Senan, habían algo más de 12 km de subida leve pero constante que han sido los mejores de la jornada excepto los primeros 2 o 3 en los que se cruzan la carretera y las vías del AVE.
Me he dado un susto de muerte al ver cruzar una ardilla por el camino unos 80 m delante de mí y un microsegundo después adelantarme un galgo que iba tras ella pero a la que le ha perdido la pista. Es increíble lo rápidos que son esos perros y los saltos que dan para no perder de vista la presa.
Ha salido el sol y el paisaje era precioso. Campos, diferentes construcciones, los aerogeneradores de la Serra del Tallat y el viento me han acompañado.
Todo el camino forma parte del GR 171 pero el tramo final deja las pistas y sube por la montaña hasta el Coll de Senan que es lo que realmente me gusta.
Senan es un pueblo pintoresco con casas de piedra y merece una visita.
De Senan a Els Omells de na Gaia el camino empieza con una subida para abandonar La Conca de Barberà y entrar en el Urgell. Y la niebla ha vuelto hacer acto de presencia.
Un último esfuerzo para llegar a Vallbona con la niebla de compañera. Aquí ya estaba muerto. Así que he descansado un rato en la plaza de la Iglesia, cuando han tocado Nonas he entrado para ver las hermanas y he esperado a que abrieran la entrada al monasterio para que me sellaran la credencial.
Después de una fuerte subida hasta la carretera (o al menos me lo parecido) me he colocado en una curva a esperar a alguien que me llevara a Maldà ya que andando se me abría hecho de noche. El tercer coche me ha llevado.
La casa en Maldà es la casa de los ruidos, los radiadores hacen tanto que he apagado la calefacción para poder dormir.
He cenado unas tapas en el bar junto al ayuntamiento con un buen ambiente y un barman muy agradable. Mañana desayunaré aquí antes de empezar la jornada.
El perfil y el mapa con la ruta de la etapa los tenéis aquí.
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