En ambas ermitas tenemos fuentes con agua, mesas y fuegos para picnic y los fines de semana de la primavera/verano un servicio de bar que también ofrece comidas.
Nosotros nos hemos dirigido a la ermita de Sant Antoni para hacer una ruta circular, aunque si queremos ir y volver por el mismo camino, el sendero desde Santa Magdalena es más claro, está mejor marcado y resulta mucho mas sencillo.
Pero como a nosotros nos gusta complicarnos la vida hemos elegido la variante difícil que es la que sale de Sant Antoni.
Dejamos el coche en la zona de aparcamiento que hay en la explanada más arriba de la ermita y tomamos la pista del GR 65-5. En seguida encontramos una balsa cuadrada y aquí nos desviamos hacia la izquierda, adentrándonos en el bosque y subiendo hacia la parte alta de la montaña por un camino que apenas se distingue y que perdemos en muchas ocasiones.
La subida es constante y en medio de una vegetación muy tupida, se nota que no es un sendero concurrido, y nos vamos arañando piernas y brazos con las ramas de los arbustos.
Al llegar casi arriba de la montaña no sabemos por donde seguir, el camino ha desaparecido por completo pero vemos claro que nos faltan por subir unos 3 metros para llegar a la planicie superior. El problema es que no encontramos ningún lugar por donde escalar esta pared casi vertical, y nos pasamos casi una hora rodeando la pared hasta que encontramos un lugar por el que con algunos problemas y empujándonos desde abajo y estirándonos desde arriba los unos a los otros logramos subir.
Una vez arriba encontramos enseguida las marcas del camino y empezamos a descender por el camino que lleva al Toll de L'Ou.
La decepción es grande al llegar, tenemos mucho calor y el río está seco, así que no hay cascada ni toll ni baño posible. Sólo unos pequeños charcos de agua estancada y el curso del río lleno de piedras nos esperan.
El pino recibe este nombre porque antiguamente los caminantes que salían de las ermitas con las calabazas llenas de agua paraban aquí para beberla.
Ya sólo nos queda descender por un camino bien señalizado hasta Santa Magdalena contemplando las vistas del pueblo a lo lejos y de toda la cuenca.
Llegamos a Santa Magdalena por un camino que desemboca detrás de la fuente. Aprovechamos para beber agua y descansar unos rato y volvemos a Sant Antoni por un sendero llano en menos de 10 minutos.
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