Pla de Boavi

Tocaba tomarse el día con tranquilidad, así que tras un sueño reparador en el apartamento del refugio de Bordes de Graus, nos hemos levantado y desayunado sin prisas, hemos bajado a Rialp a poner gasolina y a comprar algunas cosas en la farmacia y en el súper.

Nuestros músculos y pies necesitaban un descanso por lo que hemos decidido subir en coche por una pista de 6 km en dirección al Pla de Boavi. Y desde donde se deja el coche, el parking de la presa de Montalto, hemos caminado media hora por un sendero ancho y sin complicaciones hasta el Pla de Boavi.

Éste es un paseo muy agradable, con sombra, que discurre junto al río Noguera de Lladorre de aguas totalmente transparentes, con alguna pequeña cascada y pozas. El recorrido es apto incluso para realizarlo con niños muy pequeños.

Una vez en el Pla nos hemos animado a subir a la Cascada de Broate, a 40 minutos a paso tranquilo, aunque nos ha decepcionado bastante, porque estaba muy encajonada entre la montaña y apenas puede verse desde ningún sitio del camino porque la vegetación del parque natural lo impide. Pese a la decepción de la cascada, el camino ha sido bastante bonito, por un bosque de hayas (Bosc del Palancó) con un sendero que iba subiendo en zig-zag por la montaña.

Al llegar a un puente sobre el riu de Sellente, hay que cruzarlo y desviarse a la izquierda hacia el camino que va al Refugio de Broate junto al río de Broate. Pero o no hemos sabido encontrar un buen sitio de observación o no hemos subido lo suficiente pero no hemos podido ver la Casacada de Broate bien. Nos hemos podido acercar pero sin poder apreciarla de una manera clara.

Así que hemos vuelto a bajar al Pla y hemos comido junto a la orilla del río. Sólo Estela se ha atrevido a meter los pies en el agua fría, pero no ha durado ni diez segundos dentro.

Hemos vuelto al coche tranquilamente haciendo fotos a todo y nos hemos tomado el resto de la tarde de relax en Bordes de Graus.