El día amanece nuboso pero aún así nos vamos temprano hacia Sintra, a visitar el Palacio da Pena.
Este magnífico edificio rodeado de exhuberantes y extensos jardines debe ser precioso en un día soleado, pero la niebla le da un aire misterioso que lo hace mágico.
El edificio, construido en el S.XIX es una mezcla de estilos arquitectónicos. Se pueden ver elementos propios de la arquitectura árabe, del renacimiento, del gótico. del romanticismo, estatuas y decoraciones con referencias mitológicas y religiosas. Todo él parece sacado de un cuento especialmente las torres con almenas rosas y amarillas.
Aunque hemos llegado temprano hemos tenido que hacer un rato de cola bajo la lluvia para poder visitar las estancias interiores, que están tan ricamente decoradas como el exterior.
El palacio se encuentra sobre una colina rodeada de 85 hectáreas de bosques, jardines y lagos donde conviven miles de especies vegetales procedentes de todos los rincones del planeta. A pesar de la lluvia paseamos un rato la zona exterior y no nos cansamos de mirar la explosión de color y variedad que reina en el exterior del castillo.
Después de comer para la lluvia y vamos al Cabo da Roca, el punto más occidental de la Europa continental y que antiguamente era considerado el fin del mundo conocido.
Los acantilados de más de 100 metros de altura nos permiten contemplar el mar y la costa accidentada, con pequeños islotes. Podemos ver como rompen las olas y escuchar el sonido de las aves que habitan en la zona.
También hay un pequeño faro y una ruta para recorrer a pie el borde de la costa.
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