El Museo Astra se encuentra en las afueras de la ciudad de Sibiu.
En el se encuentran edificaciones tradicionales traídas de todo el país, la mayoría de madera o piedra.
En un recorrido de unas dos horas caminando alrededor de dos pequeños lagos y rodeados de bosque podemos encontrar molinos, graneros, viviendas de pastores, de campesinos, una iglesia de madera y carruajes.
El entorno está muy bien cuidado y los edificios están agrupados por temáticas, zona de molinos, zona de artesanos, zona de pastores...
Después de 10 días en el país hemos sido capaces de reconocer en las casas del museo las principales características de las viviendas de las zonas que ya hemos visitado. Que si los pozos con caseta, las vallas trenzadas, las enormes puertas de madera de Maramures, las tejas de madera de las casas de la montaña...
Los lunes y los martes la entrada es más barata ( 12 lei los adultos y 5 los estudiantes)
Compendio de nuestras experiencias viajeras en familia y de las fotografías más originales durante nuestros viajes. Síguenos para estar al día de nuestras últimas aventuras.
lunes, 10 de julio de 2017
Castillo de Corvin. Sibiu
Hunedoara es una ciudad industrial, con enormes fábricas de acero totalmente oxidadas y bloques de viviendas despintados de estilo soviético. Podríamos decir que es una ciudad sin ningún encanto, incluso fea.
Pero, al final de pueblo se encuentra el castillo de los Corvino, que parece sacado de un cuento de hadas. Las torres más altas son oscuras mientras que otras más bajitas encastadas en la fachada principal tienen un color clarito.
De todos los visitados en Rumanía, este es el castillo que más nos ha gustado ya que el castillo de Bran está demasiado explotado turísticamente.
Tras atravesar el puente levadizo que permite entrar en el patio principal queda patente que el castillo se fue construyendo y ampliando a lo largo de los siglos, y al empezar a recorrerlo encuentras un enmarañado laberinto de pasillos, escaleras que se cruzan, suben y bajan hacia las diferentes alas del edificio.
Pero, al final de pueblo se encuentra el castillo de los Corvino, que parece sacado de un cuento de hadas. Las torres más altas son oscuras mientras que otras más bajitas encastadas en la fachada principal tienen un color clarito.
De todos los visitados en Rumanía, este es el castillo que más nos ha gustado ya que el castillo de Bran está demasiado explotado turísticamente.
Tras atravesar el puente levadizo que permite entrar en el patio principal queda patente que el castillo se fue construyendo y ampliando a lo largo de los siglos, y al empezar a recorrerlo encuentras un enmarañado laberinto de pasillos, escaleras que se cruzan, suben y bajan hacia las diferentes alas del edificio.
domingo, 9 de julio de 2017
Salina de Turda. Cluj-Napoca
Abandonamos el norte del país y nos dirigimos a la zona central, así que dejamos atrás los valles aislados y tradicionales.
Por el camino, pocos minutos antes de las diez, atravesábamos un pueblo rodeado por extensas llanuras repletas de pajares y hemos observado que la carretera estaba llena de lugareños que se dirigían hacia la iglesia, las mujeres habían cambiado las faldas y los pañuelos de colores por otras lisas y oscuras, pero igual de tradicionales y se dirigían a misa con sus mejores galas.
Unos pocos kilómetros más al sur, en Rogoz, se encuentra otra iglesia de madera patrimonio de la humanidad donde hemos parado. En el mismo recinto hay dos iglesias, y las gallinas revolotean entre las tumbas del cementerio. Al lado de las iglesias antiguas se alza la iglesia ortodoxa nueva y estaban haciendo misa en ese momento.
Hemos entrado unos minutos a la ceremonia, donde nos ha sorprendido encontrar la iglesia repleta, en este país hay mucha devoción religiosa, y lo mucho que se arreglan para asistir a misa. En el porche de la iglesia se encontraban apiladas bastantes cajas llenas de panes, que hemos supuesto que se repartían entre los asistentes al terminar el oficio.
sábado, 8 de julio de 2017
Fiesta en Maramures. Vadu Izei.
De vuelta a la casa donde nos alojamos, Pensiunea Agroturistica Raluca, en Vadu Izei, habíamos contratado un espectáculo de música y bailes tradicionales del valle de Maramures. En el comedor de la casa hemos disfrutado de 3 músicos, una cantante y 3 bailarines vestidos de trajes típicos que nos han mostrado sus costumbres festivas. Unos bailes donde se zapatea y unas canciones en las que se intercalan intensos silbidos entre la letra.
Los dueños de la casa, a los que les encanta la música tradicional, nos han traído también trajes típicos para nosotros y hemos acabado todos bailando al son de la música.
Los dueños de la casa, a los que les encanta la música tradicional, nos han traído también trajes típicos para nosotros y hemos acabado todos bailando al son de la música.
Maramures. Iglesias de Madera
Visitar los valles de la región de Maramures es como viajar en el tiempo. Casas de madera con enormes puertas de madera tallada delante de las casas, nidos de cigüeña por todos lados, casas con tejados de madera, campesinos ataviados con el traje tradicional trabajando en los campos o transportando paja con el carro de caballos, ancianas hilando lana en las puertas de su casas, y gente muy amable que sin saber idiomas se ofrece a ayudarte o simplemente a conversar con el turista e intentar explicarle sus tradiciones.
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viernes, 7 de julio de 2017
Maramures. Sapanta, Cementerio Feliz. Ucrania
Hoy tocaba cambio de valle. El camino hacia la región de Maramures ha sido precioso. Atravesar el parque natural de Muntii Rodnei es un regalo para la vista. El paisaje de alta montaña salpicado de florecillas de colores silvestres, las casas decoradas con cenefas o recubiertas de paneles de madera tallada, las pintorescas paradas de autobús, los graneros y los pajares configuran un sorprendente y bello entorno.
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