martes, 23 de julio de 2013

Día 19. Sturbridge, Adirondacks (New York), Saranac Lake

Dejamos atrás la costa este, el Océano Atlántico. Nuestro camino gira hacia el oeste para acabar atravesando todo el continente. Cuando volvamos a ver el mar habrá pasado un mes y estaremos en el Pacífico, en San Francisco.

Springfield es la cuna del básquet y hay un museo dedicado a este deporte. Pero cuando hemos pasado eran las 8 de la mañana y faltaban dos horas para que lo abrieran, así que es una visita que nos ha quedado pendiente.

Después de dos horas y media de autopista hemos llegado al principio de la carretera que cruza las montañas Adirondack. En los primeros kilómetros hemos encontrado campos, granjas y como siempre bosques y árboles.

Una de las granjas tenía un granero rojo precioso y nos hemos parado a verlo. Hemos estado hablando con el dueño que nos explicaba que el granero era de 1933 y que la vida aquí era dura, que en invierno llegaban a -35º C. Y debe de ser verdad porque a lo largo de la carretera hemos encontrado señales de advertencia de que podías cruzarte con motos de nieve.






Un poco más adelante ha empezado la zona más montañosa llena de ríos y lagos en cuyas orillas hay casas de madera y embarcaderos. Había gente que  remaba en canoa o cayaks, otros iban en barca de motor, hacían esquí acuático y algunos se dedicaban a la segunda cosa que más les gusta a los norteamericanos, a pescar (fishing).

Muchos coches, incluso uno de la policía, llevaban canoas atadas al techo.

El primer río que nos hemos encontrado era el Sacandaga.




Hemos encontrado algunas "playas" en los lagos con un recinto delimitado con boyas donde poder bañarse, como la del pueblo de Speculator. Cuando hemos llegado a uno de ellos estaba chispeando y no apetecía mucho meterse en el agua pero nos hemos atrevido con los pies.





Las aguas de los lagos son muy tranquilas y cuando sale el sol reflejan las montañas y el cielo como en un espejo. En el que el efecto era más espectacular era en una lago pequeño llamado Mason.



Un poco más adelante hay un lago enorme, el Indian Lake y hemos aprovechado una zona de acampada para hacer fotos. El azul de sus aguas era muy intenso.



Por la tarde ha mejorado el tiempo y hemos elegido una de las muchísimas excursiones que se pueden hacer en la zona, la subida al Castle Rock de 4 millas en total (los amantes del sistema internacional que multipliquen por 1,6 para pasar a km)  en la que atravesando un bosque muy bonito pero bastante lleno de barro se llega a la cima de una montaña desde la que se contempla el Blue Mountain Lake y todas sus islas. El esfuerzo ha valido la pena porque la vista era impresionante. Los riachuelos que nos hemos ido encontrando por el camino llevaban un agua de color muy rojizo, debe haber hierro por estas montañas y los ríos lo disuelven.

En la zona hay arces pero desafortunadamente no nos hemos encontrado con ninguno, sólo hemos visto una serpiente y como no, en los lagos patos de todos los tamaños y colores y pavos salvajes.














Todavía nos ha dado tiempo de ir a ver la Buttermilk Fall, una cascada que aunque no era muy alta llevaba muchísima agua.





Al pasar por Long Lake nos hemos encontrado con una sorpresa, una base de hidroaviones.


Y para acabar el día no hay nada como un bañito en la piscina del hotel, que a estos niños no hay manera de cansarlos con excursiones.


Ver USA19. Sturbridge-Saranac Lake en un mapa más grande

Millas del día: 299.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Con el calor que hace por aquí, ver esas fotos refresca !!! Mari Carmen

TMT dijo...

Aquí estamos la mar de frescos!!!