Día 4. Blue Ridge Parkway, Medows of Dan

Afortunadamente el día ha amanecido soleado, nos explicaba un lugareño que había estado lloviendo los últimos 15 días, no me extraña que esté todo tan verde y que incluso haya setas en el bosque.

La primera visita ha sido a Meadows of Dan, el pueblo donde nos alojamos. Es una pequeña localidad de la América profunda, con su iglesia de madera, su cementerio ( había una tumba con la bandera americana), unas cuantas casas, graneros, tractores, un par de tiendas de comida, otra de cuchillos y poca cosa más.

Y luego nos hemos dirigido al Mabry Mill, un molino harinero de madera que todavía funciona rodeado del resto de construcciones que daban servicio a la comunidad como un aserradero, un lavadero o la fragua.

Hoy tocaba caminar un poco, queríamos que nos recomendaran una ruta a pie en el centro de visitantes Rocky Knob, pero estaba cerrado y el próximo centro de información se encontraba a 70 km.

Como había un cartel informativo en el exterior del centro con varias rutas hemos escogido una de 4,6 millas, y hemos acertado porque ¡ hemos conocido a Bambi !

Por el camino, primero por un bosque, luego por una pradera y más tarde por una montañita, además de  vacas, buitres, águilas y un grupo de gansos, nos hemos encontrado unos cuantos ciervos de cola blanca.

Al ver el primero, Estela ha empezado a gritar ¡ mirad, un ciervo ! y claro, el animalito ha salido escopeteado. Pero a partir de la segunda vez, en silencio, nos hemos agachado y hemos estado un rato mirándolos.

Además de animalitos, por supuesto, hemos visto árboles hasta cansarnos. 

Evidentemente no nos hemos encontrado a nadie más por el camino, los norteamericanos solo van a sitios donde puedan aparcar el coche, asomarse por un mirador y volver a subir al coche.

 La amenaza de los osos sigue presente, no se si acabaremos enfrentándonos a alguno.

La tarde nos la hemos tomado de relax, hemos decidido disfrutar un poco de la casa, jugar con los niños, salir a buscar leña para preparar una barbacoa para la cena ( mejor no os explico que la carne ha acabado en la sartén) y acostarnos pronto que mañana nos espera una jornada intensa.

Millas del día: 28.