jueves, 25 de julio de 2013

Día 21. Pulaski, Niagara Falls (Ontario, Canadá).

Escribimos este post desde Canadá. Hemos cambiando de país por poco tiempo, mañana volveremos a USA.

El día ha empezado con un calórico pero delicioso desayuno de gofres recién hechos con nutela y mantequilla de cacahuete. Y enseguida nos hemos ido hasta orillas del lago Ontario, en Selkirk Shores State Park: impresionante. Cuesta creer que es un lago, ya que sólo se ve agua y eso que es el más pequeño de todos los grandes lagos. De no ser porque el agua es dulce y apenas hay olas pensarías que estás en la orilla del Mediterráneo.





Un poco más allá hemos vuelto a detenernos para volver a ver el lago con tranquilidad, en  Fair Haven Beach, que tenía una playa de arena casi tan bonita como la Arrabassada.



La carretera por la que hemos ido pasaba casi todo el rato a orillas del lago, así que a trozos podíamos ir contemplándolo, estaba de un azul intenso. A los lados de la carretera el paisaje era de flores de colores en la cuneta y campos de maíz y frutales, con granjas y graneros igual que ayer.
En la carretera hemos vuelto a ver ciervos ya que dos se nos han cruzado a pocos metros de distancia.





Después de otra breve parada en la que en el horizonte se intuía que detrás del lago volvía a haber tierra pues se veían a lo lejos (pero muy a lo lejos) los rascacielos de Toronto,


hemos llegado a la frontera con Canadá para poder ver las cataratas del Niágara desde el lado canadiense que es donde mejor perspectiva hay. Parece que hay mucha gente que no se informa antes de hacer la visita, porque el lado estadounidense estaba también lleno de turistas.




Ha sido fácil y rápido pasar la frontera. En esta zona hay tres puentes que cruzan el río Niágara y que comunican Canadá con USA. El que pasa justo por al lado de las cataratas está siempre colapsado, así que nosotros hemos entrado por el puente que hay unos 15 km al norte y mañana saldremos por otro que está un poco más al sur.

El espectáculo de ver las cataratas es difícil de describir. ¡Dios mío, pero que cantidad de agua! El río Niágara que comunica los lagos Ontario y Erie se separa en dos justo antes de precipitarse en las cataratas por lo que hay una más pequeña (pero grandísima) que es alargada y pertenece a USA y otra inmensa en forma de U en territorio canadiense que salpica tal cantidad de agua que a veces hasta es difícil verla porque las gotas suben, tapan la cascada y provocan una especie de lluvia persistente en el paseo que hace de mirador.



Hemos subido también al Maid of the Mist, un barco que navega por el río y te acerca a la base de las dos cataratas. Cuando llegas a la grande la fuerza y el ruido del agua son terribles y parece que diluvie. Ha sido una experiencia difícil de olvidar.






Al volver a subir al paseo nos hemos quedado otro rato por allí, haciendo fotos y mirando las cascadas. Al rato ha salido el sol y las gotas de agua que suben han formado un arco iris precioso, que a ratos era de medio arco pero a ratos era la semicircunferencia entera.









Turistas de todo el mundo compartíamos el espectáculo y nos hacíamos fotos los unos a los otros para que saliera toda la familia.





La vista del río justo antes de precipitarse también vale la pena, ves como el agua va cogiendo velocidad y como es el grosor de la capa de agua justo antes de caer. Millones de litros por segundo pasando de un lago al otro.




Y es que como decía ayer los ríos parecen lagos, los lagos parecen mares y las cataratas hacen pensar que no hay bastante agua en el planeta para que toda esa cantidad esté en esta cascada y todavía quede para llenar el resto de océanos, mares, lagos y rios.

La parte mala de las cataratas es que están muy explotadas turísticamente, tanto en la parte canadiense como en la estadounidense se alzan rascacielos de hoteles y casinos a pocos metros de la orilla del río.
En Austria e Islandia, nuestros dos últimos viajes, hemos visitado también cataratas dignas de recordar ( aunque ninguna tan ancha y caudalosa como Niágara) pero allí todas estan rodeadas de bosques y en un entorno natural que es lo que le correspondería también a un espectáculo como Niágara.

Por último hemos bajado un par de millas en curso del río hasta llegar a un teleférico que diseñó un ingeniero español llamado L.T. Quevedo en 1916. En esta parte el río hace una curva muy cerrada y forma un remolino.


Hemos elegido un restaurante cerca del hotel para ir a cenar y resulta que había salido en el programa Crónicas Carnivoras. El restaurante todavía mantiene el reto que hizo Adam Richman. Si te comes las 7 bandejas de comida como las del programa en 90 minutos no te las cobran y ponen una foto tuya en el muro de la fama. Si no te las acabas has de pagarlas y entonces la foto te la ponen en el muro de la vergüenza.


Ver USA21. Pulaski-Niagara Falls en un mapa más grande

Millas del día: 222.

2 comentarios :

Unknown dijo...

WOW...quizá más vegetación en Iguazú, pero impresionantes también!

TMT dijo...

Son increibles pero muy explotadas turísticamente. Seguro que las de Iguazú sorprenden más.