Hemos empezado el día dirigiéndonos a South Bank para dar un paseo por la orilla del Támesis con destino en la City. En este sector de la ciudad encontramos una mezcla armoniosa entre la tradición y la modernidad, entre costumbres conservadoras y una sociedad que mira al futuro sin complejos, entre una arquitectura del pasado y gigantes de acero y cristal.
Hemos atravesado el Milenium Bridge diseñado por Norman Foster dejando a nuestra espalda St Paul's Cathedral recientemente reformada. Al otro lado del río nos hemos encontrado la Tate Modern, un museo de arte moderno situado en el edificio de una antigua central eléctrica y que esperamos que nos de tiempo a visitar por dentro antes de irnos.
Siguiendo la orilla sur del río hemos llegado al Shakespeare’s Globe, una recreación del teatro donde el conocido autor trabajó y estrenaba sus obras. Con la techumbre de brezo y la estructura de estacas de roble imita a la perfección a un edificio del S.XVI.
Un poco más allá hemos llegado a los pies del Shard, el edificio más alto de la unión europea y que se ve desde muchos puntos de la ciudad.
Nuestro destino era el Tower Bridge que nos ha gustado mucho.Una acertada combinación de colores, el azul de metal con el ladrillo claro de la fachada, y sus torreones como de cuento de hadas lo hace destacar sobre el río.
En la zona se alzan otros edificios modernos, también acristalados, entre los que cabe destacar el City Hall al que llaman "el huevo".
En la orilla norte se encuentra la Tower of London. La torre central fué construida por William the Conqueror (rey normando) en 1078 y fué un simbolo de la opresión sobre Londres de la nueva élite regente. Construida como palacio y fortaleza, ha sido prisión desde 1100 hasta 1952. Actualmente alberga la colección de las joyas de la corona y de sus historia cabe destacar que Enrique VIII hizo ejecutar en ella a dos de sus esposas.
Hemos ido hasta Leadenhall Market unas pequeñas galerías cubiertas de estilo victoriano que en las películas de Harry Potter son el escenario para rodar Diagon Alley, el callejón donde Harry compra su varita.
De aquí hemos caminado atravesando la parte de La City ocupada por modernos edificios de oficinas entre los que destaca el situado en 20 St Mary Axe, al que los ingleses llaman the Gherkin, el pepinillo, y que también diseñó Norman Foster.
Y siguiendo con los escenarios de Harry Potter hemos ido hasta King’s Cross, la estación donde se encuentra el andén 9 ¾ desde el que sale el Hogwarts Express. Allí nos hemos encontrado con nuestro amigo David que ha venido desde Derby para pasar el día con nosotros.
Justo al lado está la estación de St Pancras, una estación de tren enorme que parece un palacio o una catedral, con un ligero aire musulmán en los colores y en la arquitectura que nos ha recordado a la mezquita de Cordoba. El edificio de estilo neogótico data del 1868 y su interior ha sufrido recientemente una remodelación integral para modernizar todas las instalaciones. De sus andenes parten los trenes Eurostar hacia Paris cruzando el túnel del Canal de la Mancha.
Después de comer en un Pizza Express, Estela ha dicho que le gustaría visitar The British Library y resulta que estaba justo al cruzar la calle. En ella se guarda un ejemplar de cada libro que se publica en el Reino Unido además de muchos documentos antiguos. Hemos contemplado con interés la King’s Library, la colección de libros del rey Jorge III expuesta en una torre acristalada de 14 metros de altura y nos ha sorprendido un banco con forma de libro encadenado que hay en la entrada. Que cada uno saque sus propias conclusiones sobre lo que significan las cadenas.
Desde allí hemos paseado hasta Candem, una calle llena de puestos de mercadillos con bolsos, ropa, camisetas con mensajes divertidos, puestos de comida, muchas tiendas de zapatos con carteles 3D en la fachada y una multitud de turistas paseando por la zona.
Como a David le gustan los canales hemos seguido la ruta por el paseo del Regent’s Canal que rodea el parque del mismo nombre.
Un poco después nos hemos desviado y en autobús hemos subido a Parliament Hill una zona verde en una colina donde nos hemos alejado del bullicio de la ciudad además de contemplar vistas panorámicas del centro. Estaba un poco nublado y costaba distinguir bien los edificios más pequeños y enseguida hemos vuelto al centro.
Hemos acabado el día paseando por la zona de Covent Garden donde hay un mercado y en cuyos alrededores los artistas callejeros- malabaristas, magos, músicos- ofrecen sus actuaciones a todos los paseantes.
Ya sólo nos quedaba acercarnos a Chinatown, apenas dos calles con tiendas y restaurantes asiáticos, donde hemos cenado.
Y vuelta al apartamento en transporte público, hay que tener cuidado y no meter el pie en el Gap.
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