¡Y vaya calor que hace!
Nuestro apartamento está en la parte este de Brooklyn, una zona con edificios bajos, solares vacíos todavía por construir y en la que parece que sólo viven afroamericanos negros. El apartamento no tiene persianas ni cortinas tupidas así que a las 6 ya estábamos todos despiertos.
Lo bueno es que está justo al lado del metro, el cual no cierra nunca y en 25 minutos te plantas en el centro de Manhattan.
Hemos comprado un pase semanal de metro -Subway- por 30$ cada uno que tenemos ya casi amortizado. Como hace mucho calor hemos intentado hacer la mayoría de trayectos entre una visita y la otra en el metro, aunque sólo fueran 1 o 2 paradas. Las estaciones por las que hemos pasado son muy antiguas, con las paredes de mosaicos de azulejos pequeñitos. Los vagones si que tienen aire acondicionado pero las estaciones no, y hace un calor para morirse.
Nuestra primera parada ha sido el lado oeste del puente de Brooklyn, que aunque sigue siendo el mismo barrio en el que está el apartamento no se parece en nada. Hay un paseo desde el que se ven las vistas de todos los rascacielos de Manhattan. El más alto de todos es el nuevo World Trade Center que están construyendo (ya está casi acabado) en la zona cero y que será el más alto de América. Todo el rato sobrevolaban helicópteros sobre el centro de la ciudad y unido al ruido del puerto y de las obras daban a la ciudad un aire de mucho ajetreo.
Luego hemos cruzado el puente de Brooklyn caminando y hemos llegado a Manhattan, delante del Ayuntamiento. En metro hemos ido a Wall Street, el centro financiero del mundo, donde además de turistas hay señores trajeados entrando y saliendo de los edificios de alrededor.
Cada vez que entras en el metro, cuando sales te parece que estás en un mundo distinto. Las diferentes partes de la ciudad no se parecen en nada, ni por la gente que te encuentras, ni por el ambiente que se respira, ni por el tipo de edificios.
La siguiente parada ha sido South Ferry, para coger el Ferry a Staten Island, un barco gratuito que de camino a la isla pasa por al lado de la Estatua de la Libertad.
Allí los habitantes de Staten Island que usan el barco para ir y venir de sus casas a sus trabajos se mezclan con una multitud de turistas que le hacen fotos emocionados a la estatua.
En el trayecto de vuelta vas viendo como te acercas a Manhattan y como los rascacielos se van haciendo cada vez más grandes.
Luego nos hemos ido a la Zona Cero, que aquí se llama 9/11 Memorial ¡bien, otro memorial!
El espacio que antes ocupaban las torres son ahora unas piscinas con unas cascadas a las que no se les ve el final. En las barandillas de las piscinas, figuran los nombres de todos los fallecidos en los diferentes ataques terroristas de la fatídica fecha. La entrada es gratuita aunque piden un donativo. Es un sitio muy turístico aunque no hay que olvidar que rinde homenaje a todas las víctimas y a las componentes de los cuerpos de polícia y bomberos que dieron sus vidas al intentar rescatar a las personas atrapadas en las torres.
Toda la zona se está reconstruyendo con nuevos edificios. Dos de ellos tienen las fachadas de cristal en las que se reflejan el cielo y las nubes, lo que hace que se confundan con el fondo y estiliza su silueta. Es un efecto muy interesante. Están también trabajando en un museo que albergará objetos relacionados con el día en cuestión. Aún no se puede visitar pero desde fuera se ven dos de los pilares de la fachada de una de las torres gemelas destruidas.
A continuación nos hemos dirigido al Soho porque a Estela le habían recomendado una tienda de telas (Purl Soho, en 459 Broome St.) y la quería visitar. No es que tenga ninguna intención de coser, las usa como fondo para las fotos a sus pasteles.
La visita ha continuado por Chinatown y Little Italy. Little Italy está desapareciendo absorbida por la presión de Chinatown. En la calle hemos encontrado una manera muy práctica de aprovechar el preciado espacio en la isla.
Estar en Chinatown es como transportarse a otro continente. Todo está escrito en chino, hasta los carteles del metro (ver la primera foto de la entrada). Las calles están llenas de comercios asiáticos y puestos de calle con fruta y otras cosas de comer tipicas de china. Nos ha recordado nuestro viaje del 1997, incluso el olor era el de entonces.
Para acabar nuestro primer día en NY hemos visitado unas casas del s.XIX situadas en Tribeca, en Harrison St. Es muy curioso encontrar casas de ladrillo de dos pisos en Manhanttan. Esta zona es muy tranquila y se junta con el río Hudson, al oeste de la isla en el Hudson River park, con unas bonitas vistas a New Jersey y los rascacielos de Lower Manhattan.
Millas del día: 0. ;-) ¡Las del metro y las de caminar no las contamos!!
4 comentarios :
Me encanta esta ciudad...cuando volváis quiero ver el reportaje entero!
vaya fotos!!!!!!!!!!!!
Cuando quieras. Ha pasado algún tiempo y aún no hemos coincidido para que las puedas ver!!!!
Gracias Rosa. A nosotros también nos gustan mucho. ;-)
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