Hoy ha sido un día principalmente de rocas, nieve y de ir viendo como poco a poco ganábamos altura y todo lo que podía abarcar nuestra vista iba quedando bajo nosotros.
El camino ha comenzado por un desfiladero que subía sin prisa pero sin pausa, para convertirse luego en un sendero abrupto, con muchos trozos de nieve que cruzar y algunos trechos donde teníamos que trepar con las manos.
Tres horas y media después hemos alcanzado el Coll de Riufred. Sólo se veían el cielo azul sobre una sucesión de picos y laderas con nieve, ya casi todos más bajos que nuestra cota.
Desde aquí Txus y Hugo han subido al Pic de Montcalm (3077 m) para conseguir el primer tresmil del día. En una media hora estaban de vuelta y hemos emprendido todos juntos la ascensión a la Pica d'Estats, dejando las mochilas en un recodo del camino, pues teníamos que bajar por el mismo sendero que subíamos. Y ¡ que bien que se camina sin peso a la espalda !
Antes del mediodía hemos coronado la cima. A 3140 m de altura hemos podido contemplar los Pirineos a nuestros pies. El día estaba muy claro y el paisaje era fantástico.
Txus, Hugo y Edgar han subido también al vecino Pic de Verdaguer (3133 m) por lo que algunos ya tenían tres tremiles en el palmarés en sólo un ratito.
En el camino de regreso hay que pasar por el Port de Sotllo. Hemos tenido que perder unos 250 m de altura para luego volver a remontarlos casi en su totalidad y poder atravesar el puerto. Gran parte de este tramo del camino estaba cubierto por la nieve que hemos atravesado en compañía de Pablo, Vanessa, Susana y José Ángel.
subida hacia el Port de Sotllo
Llevabamos ya muchas horas caminando y hacía mucho calor, suerte que gracias al deshielo nos ha sido fácil ir consiguiendo agua "fresca" para poder rellenar las cantimploras a menudo.
Al llegar a l'Estany d'Estats y a l'Estany de Sotllo el paisaje ha cambiado, la nieve y las rocas han quedado a nuestra espalda y han apareciendo en nuestro camino abetos, flores, matorrales e incluso un rebeco.
Riachuelos y cascadas nos han acompañado el resto del camino.
El último tramo del camino se nos ha hecho muy largo, parecía que no fuéramos a llegar nunca al refugio.
Pero sí que hemos alcanzado nuestra meta del día, tras un fuerte descenso y cuando las fuerzas hacía rato que ya escaseaban, el refugio de Vallferrera ha aparecido ante nosotros.
Para acabar el día hemos pasado por la experiencia de ducharnos con agua fría del deshielo, ya que una riada estropeó esta primavera la caldera del agua caliente.
Una reparadora cena en compañía de nuestros compañeros de ruta en la que casi no teníamos energía ni para hablar ha rematado el día. Estamos muy cansados pero también felices de haber subido juntos a la Pica y haber recorrido unos paisajes tan grandiosos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario