El origen de la ciudad de Cáceres se sitúa en torno al año 25 a.C., cuando Lucio Cornelio Balbo funda la colonia romana de Norbensis Caesarina.
Pero no es hasta el siglo XII cuando la ciudad (llamada Hizn Qazris por los almorávides) comienza a tener relevancia debido a su posición estratégica en las luchas entre árabes y cristianos.
En 1169, Fernando II de León conquista Cáceres y deja la villa en manos de un grupo de caballeros que, poco después, crean la orden militar y religiosa de los Frates de Cáceres. Pero poco después, en 1173, el caudillo almoárabe Abú Ya'qub arrebató la ciudad a los cristianos.
La ciudad de Cáceres fue conquistada definitivamente por Alfonso IX de León en 1229, más de medio siglo después de la derrota de los Frates.
La importancia de la ciudad fue en aumento y se construyeron numerosos palacios y casas solariegas. Con los Reyes Católicos alcanza Cáceres su época de mayor esplendor.
Hemos entrado por la calle Pintores hasta desembocar en la Plaza Mayor donde nos ha recibido una preciosa vista de la ciudad. El centro histórico, amurallado y rodeado por multitud de torres de muy diversos estilos alberga numerosos palacios y casas solariegas, algunas de las cuales se pueden visitar.
Es asombrosa la buena conservación del centro histórico y lo bien cuidado que está. No se permite el acceso de vehículos y los pocos comercios, hoteles y restaurantes que se encuentran dentro de este espacio protegido están totalmente “camuflados” con el entorno, sin carteles vistosos y siempre conservando la estética del edificio donde se alojan.
Nos ha gustado especialmente el Museo, situado en la casa de las Veletas, en cuya planta baja se encuentra uno de los aljibes árabes mejor conservados de Europa.
Con multitud de rincones con encanto, sus callejuelas, escaleras, iglesias, palacios, puertas, escudos y ventanas de los más diversos estilos nos han fascinado.
Después de comer y dormir la siesta hemos vuelto a salir al centro de la ciudad y en ambiente que nos hemos encontrado no se parecía nada al de la mañana.
En la avenida España los grupos de adolescentes paseaban, las personas mayores hablaban sentadas en los bancos y una multitud de niños ocupaba los parques.
Al llegar a la Plaza Mayor nos hemos encontrado con un ambiente festivo que no esperábamos. Tienen lugar estos días unas jornadas de cultura urbana y nos hemos encontrado a lo largo de la plaza una zona de videojuegos, un concierto, una exhibición de hip-hop, otra de acrobacias con bicicletas, la salida de una carrera y lo más sorprendente de todo, la posibilidad de bajar desde la torre de Bujaco con tirolina o haciendo escalada.
La plaza estaba llena de gente, las terrazas de los restaurantes de iban llenando y nosotros hemos degustado una fantástica cena en el restaurante Requeté.
Un paseo de vuelta al apartamento todavía con una temperatura bastante elevada en el ambiente nos ha servido para bajar la cena.
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