Hoy tocaba visitar otro de los valles de la provincia, el de las Hurdes, del que sólo sabíamos que había sido una zona de pastores y agricultures, aislada y pobre.
Al llegar a Ovejuela nos ha sorprendido como hablaban los habitantes del pueblo, con un acento muy cerrado que no habíamos oido todavía en toda la región, donde se habla en general un castellano muy estándar.
Hemos ido caminando hasta la cascada del Chorrituelo, atravesando pequeños campos de olivos situados en terrazas con los márgenes de piedra negra, rodeados de pizarras puntiagudas que ocupaban las laderas de las montañas y siguiendo el curso del río. En una media hora nos hemos encontrado a los pies de una bella cascada con una poza de aguas transparentes y frescas donde bañarnos y refrescarnos tras la subida.
De vuelta al pueblo y tras un intento frustado de encontrar el Puente de los Machos hemos parado a comer en Caminomorisco y hemos seguido hasta Casares de las Hurdes.
Por el camino hemos parado un par de veces a divisar las terrazas de cultivos que suben por el valle desde el río y el espectacular meandro doble del río Malvellido, muy cerca del pueblo del Gasco.
Aunque el río no llevaba demasiada agua el trazado sinuoso entre la vegetación y los muretes de los cultivos se merece una visita.
La siguiente parada ha sido Casares de las Hurdes, el pueblo al final del valle, de calles empinadas y estrechas, con casas tradicionales de puertas muy pequeñas, donde el campanario se encuentra separado de la iglesia y cualquiera puede tocar las campanas.
Los habitantes del pueblo ocupan las calles sentados en sus sillas a la sombra y nos hemos sentido un poco observados al pasar. Varias placas en las calles del pueblo recuerdan una visita de los Reyes Juan Carlos y Sofía, que debió ser el gran acontecimiento del año en el pueblo.
Hemos seguido hasta las Mestas, un pueblo con una piscina fluvial muy alargada junto a un puente de pizarra. Allí nos hemos bañado y los niños se han estado tirando al agua desde la ladera de la montaña aunque han protestado porque no les hemos dejado tirarse desde la altura que ellos querían.
La visita estrella del día tenía que ser el meandro del Melero que se encuentra a la salida de Riomalo de Abajo. Se supone que es la gran atracción turística del valle porque está anunciado repetidamente en todos los carteles de la carretera.
Pues ha resultado el camino de acceso al mirador estaba cerrado. Según el guarda que vigilaba había demasiada gente en el valle y no dejaban visitarlo para evitar aglomeraciones, así que nos hemos quedado sin verlo.
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domingo, 28 de agosto de 2016
Ruta por Extremadura. Valle de las Hurdes.
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