Ulldemolins es un pueblo bien conocido por nosotros, pero hoy hacemos por primera vez la ruta que sube desde Sant Bertomeu al Grau del Llop.
Dejamos el coche en la Ermita de Sant Antoni, aquí hay fuente, bar abierto los mediodías del sábado y del domingo, mesas y barbacoas.
Tomamos el camino que va hacia el río y empezamos a bajar suavemente, acercándonos a la pared de rocas redondeadas y con formas caprichosas en cuya base se encuentra el cauce del río Montsant.
Llegamos hasta el mirador de Les Cadolles Fondes, y vemos las numerosas pozas encajonadas entre la roca.
Seguimos el camino, que discurre paralelo al río y entramos en el Congost de Fraguerau, un espacio natural gestionado por la Fundació Catalunya-La Pedrera y que está declarado como refugio de fauna salvaje.
El paisaje es como de cuento, con las rocas grises y naranjas con formas y equilibrios casi imposibles. algunas de ellas tienen nombres propios como Lo Buda o Lo Camell.
Pasamos por el puente colgante que cruza el río y nos internamos en el Barranc de Sant Bartomeu que en aproximadament 1 km nos lleva hasta la ermita de Sant Bartomeu.
Si existe un lugar bonito para ser emitaño, seguramente éste es uno de los mejores. La ermita fue construida en el S.XII por Fra Guerau Miquel.
Desandamos el camino hasta el puente colgante y nos encaminamos hacia la parte más alta de la montaña, a partir de ahora el camino asciende con bastante pendiente, tenemos que salvar un desnivel de 500 m en poco más de 2 km de recorrido.
Pasamos por el Grau dels Ventadors, unos pliegues de estratos de conglomerados, el camino en este tramo es bastante aéreo y vamos con cuidado de no resbalar
Llegamos a la cresta de la montaña y tenemos que seguir subiendo por ella, unas flechas pintadas en la roca nos indican de vez en cuando por donde acometer la subida.
Una vez en la parte más alta de la montaña seguimos el camino hasta llegar a la Punta dels Pins Carrassers ( 1055 m ) y llegamos al Pi de la Carabasseta.
Desde el Pi de la Carabasseta un camino muy bien definido, aunque con fuerte desnivel de bajada nos lleva a la ermita de Santa Magdalena.
De Santa Magdalena a Sant Antoni hay apenas 400 metros por un camino sin pendiente que nos sirve para estirar las piernas y descansar de los desniveles.
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