Hoy empezamos ya a alejarnos de la costa de Normandía y a viajar hacia el Sureste para ir avanzando camino hacia casa.
La primera visita del día, después de conducir un rato ha sido la Abadía de Jumieges. Esta abadía en ruinas que se encuentra a orillas del Sena, fue destruida varias veces, por los Vikingos, en la Guerra de los Cien Años y en la Revolución Francesa. Llegó a tener más de mil monjes benedictinos, pero tras la Revolución Francesa terminó su existencia como monasterio quedando solo sus ruinas.
Está rodeada de un extenso bosque de 14 hectáreas y todos los jardines y campos que rodean el monasterio están estupendamente cuidados, lo que hace muy agradable el paseo entre los muros y las torres que quedan en pie.
La entrada es gratuita para menores de 26 años y cuesta 7,5 € para los adultos. En recepción te facilitan un folleto que explica con detalle que son los diferentes edificios, las partes de la iglesia y sus características.