Salimos pronto, ponemos gasolina en el Intermaché y desayunamos en una panadería. Autopista para cruzar Suiza. Pasamos por la autopista de los Titanes que es muy espectacular. Compramos la Vignette, 40 francos suizos, en una gasolinera junto a la autopista. La Vignette es como un pase de temporada para usar las autopistas suizas, lo compras y las puedes usar durante un año, pero no parece que hubiera nadie controlando, es un país muy europeo.
Llegamos a Austria sobre las 13:00 pero hay mucha cola para llegar a Bregenz. Decidimos comer antes y encontramos un sitio perfecto. GASTHAUS ENGEL en Hard http://www.engel-hard.at. Después de los primeros problemas para entender una carta en alemán, comemos super bien. Hacemos la compra en el Spar.
Visitamos Bregenz, primero la zona junto al lago (lago Obersee Bodensee). El lago baña Suiza, Austria y Alemania. Alrededor del lago hay un parque muy, muy verde.
Después callejeamos hasta la parte vieja de la ciudad, que además es la parte alta. Esta zona está guardada por una muralla y en una de sus puertas se puede contemplar un tiburón disecado, asqueroso, según Estela (no he puesto foto para no herir sensibilidades).
También podemos admirar el edificio con la cúpula de cebolla (esas terminaciones tan características de esta zona) más grande del mundo.
Seguimos por la carretera de Arlberg que tiene un montón de túneles y uno de 14 Km. Pagamos 8.50 por el túnel y 7.90 por la Vignette de 10 días después de descubrir que Austria es un país tan europeo como Suiza y que es necesaria para circular por sus autopistas.
Llegamos a Oberperfuss. Es un pueblo pequeño y tranquilo cerca de Innsbruck y de las montañas. La casa está bien. Cenamos y a dormir. A ver qué tiempo hace mañana.
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