Nuestro último día en Escocia, mañana sólo tendremos tiempo de hacer las maletas, vaciar y recoger la caravana, devolverla e ir al aeropuerto
Empezamos visitando las esculturas de los caballos de nuevo, a la luz del día y sin iluminar se ven diferentes, y en los alrededores se aprecia más los canales y la magnitud de la extensa zona verde.
Nos vamos hacia la Falkirk Wheel una obra de ingeniería para salvar el desnivel de 24 metros que hay cuando se encuentran los canales navegables Forth-Clyde y Union. Es impresionante ver como se mueve la noria al subir y bajar los barcos. Alrededor toda una zona de ocio con un par de parques infantiles, atracción de camas elásticas, estanques para llevar tu barco teledirigido, un centro de interpretación, tiendas y bares.
Seguimos con una de las visitas obligadas en Escocia, la Rosslyn Chapel, famosa por ser el escenario donde acaba la película y el libro de El Código da Vinci.
Es una capilla con una decoración curiosa y compleja, llena de estatuas, frisos, con significados y leyendas detrás de ellas, como la columna del aprendiz y la del maestro. Se mezclan escenas bíblicas con esculturas paganas relacionadas con tradiciones templarias y masónicas.
Cada hora en punto una guía hace una explicación general desde delante del púlpito con los turistas sentados en los bancos como si fueran feligreses.
La iglesia la mandó construir en el siglo XV el conde de Caithness, Sinclair I, de las islas Orkney. Seguro que estaba aburrido de no tener nadie con quien hacer banquetes y bailes en su isla y se instaló en los alrededores de Edinburgh.
Son las 4 cuando salimos de la visita y pasamos por un momento de incertimdubre, no sabemos donde pasar nuestra última tarde, barajamos diferentes opciones pero nos damos cuenta de que cuando lleguemos a cualquiera de los museos, palacios, castillos que estamos pensando habrán cerrado.
Sin muchas esperanzas de conseguir aparcar la autocaravana en la ciudad nos dirigimos a Glasgow. El centro de la ciudad está a escasos 5 minutos de la salida de la autopista y para nuestra sorpresa la zona azul de al lado de la catedral está practicamente vacía y podemos aparcar sin problemas. Enseguida nos damos cuenta del porque, cada cuarto de hora cuesta 1 libra, pero como sólo se paga hasta las 6 y es casi esa hora decidimos aparcar allí.
Nos vamos a pasear por Glasgow y nos sorprende gratamente la ciudad, llena de edificios neoclásicos y arte urbano. Hay muy poca gente en la calle, casi todas las tiendas están ya cerradas pero paseamos tranquilamente por los principales puntos de interés.
Vemos por fuera la catedral, entramos en el cementerio que no nos gusta nada, y pasamos junto a la torre del reloj, la Market Place y el Museo de Arte.
Nos ha encantado el centro, en especial George Square donde se alza el magnifico edificio del ayuntamiento.
Nos sorprendre la estatua ecuestre del primer duque de Wellington en la elegante Royal Exhange Square, ante la Gallery of Modern Art. Buscamos el porqué del cono de tráfico como sombrero y vemos que es una manera con la que los ciudadanos de Glasgow le bajan los humos aristocráticos a este emblema del poder militar británico.
La práctica de decorar la cabeza del duque, que se remonta a los años 80, se realiza normalmente de noche, a la salida de las discotecas y fiestas nocturnas. Durante años ha habido un prolongado tira y afloja por parte de las autoridades locales que han gastado miles de libras para ir retirando el sombrero con una pequeña grúa. Parece que finalmente se ha convertido en un símbolo de la ciudad y que ha acabado siendo aceptado por todos.
No hay comentarios :
Publicar un comentario