miércoles, 17 de abril de 2019

Honfleur, Le Havre. Día 5. Normandía en autocaravana.

De camino a Honfleur atravesamos muchos pueblos muy pequeños y todos con casas preciosas. El paisaje es muy plano, sin montañas y con vegetación frondosa o granjas donde cultivar manzanas y hacen sidra artesana.

Honfleur es un pueblo muy turístico que se encuentra junto a un puerto en la desembocadura del río Sena.

Toda la zona del puerto, formada por un muelle en forma de U, está llena de casas pintorescas, algunas recubiertas con pizarra en forma de ladrillos. Hay muchos bares, restaurantes, puestos de venda de galettes y también una fortaleza de piedra que ocupa todo un extremo de muelle (la Comandancia o Lieutenance). Este pueblo no fue bombardeado y se conservan los edificios originales.

La Liutenance desde el muelle de pescadores

Caen y Breuvon-en-Auge. Día 4 y 5. Normandía en autocaravana.

Caen es un ciudad muy agradable.

Aparcamos sin pagar en una explanada junto al puerto fluvial, al lado de la Bibliothèque Alexis de Tocqueville. en el cruce de Rue Suède con Rue Norvège.

Durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial más de la mitad de la ciudad fue destruida y en los años posteriores el centro se reconstruyó dando lugar a una ciudad con grandes avenidas con edificios de fachadas de piedra de Caen y tejados abuhardillados de pizarra oscura.

Puerto de Caen

martes, 16 de abril de 2019

Bayeux, Batería de Longues, Arromanches, Pegasus Bridge. Día 4. Gold, Juno y Sword. Normandía en autocaravana.

A las 7 nos despiertan las campanadas de la iglesia de Saint-Laurent y nos damos cuenta de que está lloviendo. Hasta ahora el buen tiempo nos había acompañado pero hoy vamos a tener que convivir con la lluvia.

Nos vamos a Bayeux a ver el cementerio inglés, el único que nos quedaba, que está abierto las 24 horas. Nos encontramos igual que ayer con tumbas alineadas de soldados jovencísimos.

Junto al cementerio hay un Museo del Desembarco que no visitamos.

Cementerio Británico en Bayeux

lunes, 15 de abril de 2019

Playas del desembarco americano. Pointe du Hoc, Sainte-Mère-Église, Colleville sur Mer y Saint-Laurent-sur-Mer. Día 3. Utah and Omaha Beaches. Normandía en autocaravana.

Sainte-Mère-Église es un pueblo muy pequeño que vio caer del cielo cientos de paracaidistas americanos  de la 82 y la 101 Aerotransportadas la noche del 5 al 6 de julio de 1944 para anticiparse al desembarco del día siguiente.
El pueblo estaba ocupado por las tropas alemanas. El soldado John Marvin Steele (de la 82ª) se quedó enganchado al campanario y fue tomado prisionero por el ejército alemán. En recuerdo de esta historia una estatua de un paracaidista cuelga de la torre de la iglesia.

Además las vidrieras de la iglesia están dedicadas al desembarco de Normandía, en ellas se ve una Virgen rodeada de aviones y paracaidistas.

En el pueblo también se encuentra el Museo de las tropas aerotransportadas que nosotros no hemos visitado.

Enseguida te das cuenta que en cada pueblo de Normandía, por pequeño que sea, hay uno o varios museos de temática relacionada con la Segunda Guerra Mundial. A no ser que tengas un mes para visitar la zona es imposible entrar a todos.  Nuestra recomendación es elegir en total uno o dos de los más representativos y obviar el resto.

En las afueras del pueblo hay un camping en el que aunque no pernoctes puedes vaciar depósitos y llenar agua por 1 euro cada dos minutos.

Iglesia de Sainte-Mère-Église con el paracaidista

Mont Saint-Michel. Día 3. Normandía en autocaravana.

Pasamos la noche en el macro parking del Mont Saint-Michel. Aparcar una autocaravana durante 24 horas cuesta 17,80 € y el único servicio que hay es el de vaciado de agua. El parking está bastante tranquilo y dormimos tranquilos.

Desde el parking hay buses lanzadera gratuitos hasta la base del monte cada 30 minutos, desde las 7:30 h hasta las 24 h. Otra opción es ir caminando, a buen paso se tardan unos 40 minutos.

Nosotros hemos cogido el bus de las 8.00 h y a esa hora está casi vacío. Cuando hemos vuelto, al mediodía, había una cola larguísima de gente esperando para poder coger el bus, así que vale la pena madrugar.

Al llegar al Mont hacía bastante frío, pero estaba prácticamente desierto y hemos subido y bajado escaleras, callejeado por las empinadas calles, nos hemos asomado a todos los miradores sin encontrarnos casi a nadie. La marea estaba baja y hemos podido ver toda la bahía cubierta de arena de diferentes tonalidades donde se encuentran  zonas con arenas movedizas en las que perecían algunos peregrinos medievales cuando intentaban alcanzar al isla

La carretera de acceso que está construida sobre pilones. Entre 1879 y 2015 la carretera estuvo construida sobre un dique, pero éste impedía las corrientes del golfo, rompía el equilibrio natural de las marismas y estaba provocando una excesiva sedimentación que amenazaba la insularidad del monte.

Amanece junto al parking


El Mont con las primeras luces desde la estación de autobuses del parking

domingo, 14 de abril de 2019