Tenemos que conducir todavía 3 horas más hasta llegar a nuestro primer destino, el pueblo de Vitré.
Después de llevar 24 horas desde que salimos de casa nuestra primera visita francesa ha sido un desastre, teniendo en cuenta las expectativas que teníamos ya que en muchas reseñas lo describen como el rincón más bonito de Francia.
La carretera de acceso a Vitré estaba cortada por obras, y hemos tenido que coger una ruta alternativa y añadir un buen puñado de kilómetros a los que ya teníamos programados.
Al llegar al pueblo, hoy, Domingo de Ramos, 14 de abril, resulta que celebraban el Carnaval, cosa que no tiene ningún sentido.
La calle principal estaba cortada y llena de atracciones de feria por lo que hemos tenido que aparcar en el parking de un hipermercado E.Leclerc en las afueras del pueblo y caminar un buen rato.
Yo ya le había cogido manía a este destino y para corroborar mis vibraciones un pájaro se nos ha cagado encima ensuciando los anoraks de tres de nosotros.
El centro del pueblo no está mal, pero no es nada del otro mundo. El castillo es vistoso y hay un par de calles pintorescas en los alrededores. Una visita totalmente prescindible.
De camino a Dinan hemos parado a comer en las afueras del pueblo de Combourg, en una área recreativa al lado de un lago y unos canales. El pueblo tiene un castillo que no hemos visitado.
Por el camino hemos ido atravesando pueblecitos de casas de piedra con puertas y ventanas de madera blanca, rojas o azules.
Dinan es una ciudad amurallada con mucho encanto.
Todo el centro histórico tiene calles empedradas y casas medievales de entramados de madera.
Son visita obligada la Torre del reloj, una calle muy empinada que llega al puerto fluvial y el camino de ronda de las murallas.
Las torres del castillo-muralla son enormes y muy llamativas.
Hemos aparcado en una explanada de parking al lado del castillo, en la Promenade des Petits Fossés.
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