Pasamos la noche en el macro parking del Mont Saint-Michel. Aparcar una autocaravana durante 24 horas cuesta 17,80 € y el único servicio que hay es el de vaciado de agua. El parking está bastante tranquilo y dormimos tranquilos.
Desde el parking hay buses lanzadera gratuitos hasta la base del monte cada 30 minutos, desde las 7:30 h hasta las 24 h. Otra opción es ir caminando, a buen paso se tardan unos 40 minutos.
Nosotros hemos cogido el bus de las 8.00 h y a esa hora está casi vacío. Cuando hemos vuelto, al mediodía, había una cola larguísima de gente esperando para poder coger el bus, así que vale la pena madrugar.
Al llegar al Mont hacía bastante frío, pero estaba prácticamente desierto y hemos subido y bajado escaleras, callejeado por las empinadas calles, nos hemos asomado a todos los miradores sin encontrarnos casi a nadie. La marea estaba baja y hemos podido ver toda la bahía cubierta de arena de diferentes tonalidades donde se encuentran zonas con arenas movedizas en las que perecían algunos peregrinos medievales cuando intentaban alcanzar al isla
La carretera de acceso que está construida sobre pilones. Entre 1879 y 2015 la carretera estuvo construida sobre un dique, pero éste impedía las corrientes del golfo, rompía el equilibrio natural de las marismas y estaba provocando una excesiva sedimentación que amenazaba la insularidad del monte.
A las 9.30 abren la abadía benedictina y hemos decidido visitarla (10 euros los adultos y gratuito para europeos menores de 25 años). La abadía es una mezcla arquitectónica de estilos carolingio, románico y gótico.
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