En Letonia el paisaje sigue siendo verde, todo está cubierto de árboles y seguimos viendo camiones transportando troncos cortados. Hemos atravesado una zona llena de cigüeñas, aunque los animales que más abundan siguen siendo los insectos, el repelente es algo imprescindible y incluso untándonos de Halley vamos los 4 llenos de picadas de mosquitos y tábanos, algunas de las cuales se nos han hinchado y nos duelen bastante.
Hemos pasado todo el día en Sigulda, en la Región de Vidzeme o Livonia o La Tierra Media, y sus alrededores, que es una de las ciudades del Parque Nacional del valle del Gauja, aunque aquí el concepto de parque natural es diferente del que tenemos en España. Son zonas protegidas pero en las que puede haber ciudades y se desarrolla una actividad económica normal. Aquí podéis descargar una mapa turístico de la ciudad.
Esta zona no es tan plana como las de los días anteriores, ya que el el río ha excavado un valle y hoy hemos tenido que subir y bajar unas cuantas cuestas.
Sigulda es un destino de vacaciones con una amplia oferta de actividades de naturaleza y aventura: rutas a pie, en bicicleta y en canoa, circuitos de tirolinas en los árboles, pistas de patinaje, golf, escalada, incluso una pista de bobsleigh, hay para todos los gustos.
Hemos empezado haciendo una pequeña ruta a pie hasta una cueva de arenisca, Cueva de Petera, donde hay centenares de inscripciones hechas por la gente de una manera bastante artística.
Luego hemos visto uno de los muchos parques que tienen en la ciudad, todos muy cuidados y con muchas flores. Uno en particular lleno de bastones (Spieku Parks) en honor al souvenir más popular de Sigulda. También nos hemos acercado a los castillos, uno nuevo y otro medio destruido que hay cerca del centro del pueblo, llamados castillo de La Orden de Livonia (Castillo Viejo de Sigulda) y Castillo Blanco (Castillo Nuevo de Sigulda).
Después de comer, Edgar y Hugo han probado la sensación de tirarse por una pista de bobsleigh, que se encuentra en un edificio enorme construido por los rusos para que entrenara su selección nacional en preparación de la Olimpiada de invierno de Sarajevo en 1984.
Hemos subido en el coche, aunque también se puede acceder por una senda de 10 km o en teleférico, al Señorío de Krimulda, donde se encuentra un antiguo sanatorio y todos los edificios anexos que no están en muy buen estado de conservación. Junto al señorío se conservan las ruinas de una parte de la muralla y una de las paredes del castillo medieval de Krimulda. El sendero que asciende desde el río se llama el sendero serpenteante (Serpentine) y en la guía ponía que era un sendero romántico, aunque con la pendiente que tiene yo no le veo la parte en la que los enamorados lo recorren mientras se abrazan.
Más tarde nos hemos acercado hasta las cuevas de la roca del diablo, y con un pequeño paseo hemos podido llegar a la orilla del río Gauja y a un puente peatonal. Las rocas de la zona son de arenisca roja y el río se parece un poco al río Colorado por el color rojizo de sus aguas.
Finalmente, hemos llegado con un poco de dificultad, ya que el gps no encontraba el camino, al camping donde vamos a dormir, a las afueras de Cesis, donde resulta que tiene el resort de esquí más grande del país, formado por 6 pistas en una pequeña montaña, la más larga de todas con sólo 500 m de longitud. A falta de nieve Hugo la ha recorrido corriendo mientras iba haciendo eses. El camping, igual que el de ayer está rodeado de bosque y además éste se encuentra a la orilla del río Gauja.
Hemos ido al pueblo de Cesis a cenar. En esta localidad el castillo nuevo y el medieval también están uno junto al otro. Cesis es un pueblo pequeño con muchas casas de madera, tanto antiguas como más modernas.
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