lunes, 18 de julio de 2016

San Petersburgo 3/3

Hoy hemos cometido un fallo de viajero principiante ¡qué tontos! no  hemos leído bien el nombre de nuestro destino. Teníamos que coger un bus que nos llevara a Tsarskoye Seló a visitar el palacio de verano de los zares de Rusia (Palacio de Catalina).

Cuando hemos salido de la estación de metro no encontrábamos la parada de autobuses en ningún sitio, y después de preguntar un par de veces uno de los vigilantes nos ha hecho ver que el bus salía de Moskovskaya y no de Moskovskiy que era donde estábamos.

Así que hemos vuelto a coger el metro para ir a la estación correcta.

Para llegar a este palacio hay varios minibuses que hacen el recorrido y salen cada 10 minutos. Los buses 187, 287, 347a y 545 te llevan hasta Pushkin, la ciudad situada a unos 25 km de Sant Petersburgo donde está el palacio. Y sólo nos ha costado medio euro por persona el billete de autobús.

Cuando hemos llegado hemos comprado el ticket para entrar a los jardines, pero teníamos que comprar otro para poder visitar el palacio por dentro. Claro, como van a vender los dos tickets en la misma taquilla, sería demasiado fácil para los visitantes.

Exterior del Palacio de Verano



En un lugar donde todos los empleados sólo hablan ruso, donde casi todos los visitantes sólo hablan chino y donde en el plano que nos han dado al entrar no indica donde están las taquillas, ha sido toda una odisea adivinar cual de las dos extensas colas que había era la de comprar las entradas, o si una era para comprar y otra para entrar.

Detalle de la fachada del Palacio de Catalina

Detalle de la fachada del Palacio de Catalina

Detalle de la fachada del Palacio de Catalina

Dos horas más tarde, hemos conseguido entrar al palacio, y cuando hemos preguntado por la audioguía nos han dicho que si la queríamos en algún idioma que no fuera ruso podíamos conseguirla si entrábamos al palacio por el vestíbulo principal, pero no estábamos dispuestos a hacer otras dos horas de cola.

Esta semana ya habíamos visto en un par de ocasiones el lujo y la opulencia en la que vivían los zares.  En el museo de la armería del Kremlim pudimos contemplar algunas de sus vajillas y carruajes, anteayer en el Hermitage, que era el palacio de invierno nos dimos cuenta de la inmensidad del edificio donde residían, pero quizás hoy, en el palacio de verano de Catalina es donde se nos han hecho más evidentes los excesos que eran capaces de cometer sólo por aparentar y seguir sus caprichos.

El palacio  construido por orden de la zarina Catalina I fue ampliado por su sobrina la emperatriz Ana.  Cuando 45 años después  llego al poder Isabel, lo mando destruir y construir uno nuevo y más grande, pues el anterior lo consideraba pasado de moda.

El dorado domina todas las estancias, en la parte que hemos visitado hemos podido ver media docena de enormes comedores, a cual más decorado y pomposo, la sala de baile, el Gran Salón  que sale en la película de animación Anastasia  es todo un derroche de espejos y ornamentos dorados.









Y también se encuentra aquí el Salón Ambar, con 3 de sus paredes recubiertas de este material inspira una novela de Matilde Asensi.

Salón de ámbar

Al salir, hemos paseado un rato por los extensos jardines, con lago incluido, pero como llovía hemos vuelto enseguida a San Petersburgo.

Jardines del Palacio de verano


Jardines del Palacio de verano


Jardines del Palacio de verano

Después de comer hemos visto la plaza de Moskovskaya donde se encuentra el Palacio de los Soviets, hemos paseado de manera obligada por la zona pues la parada de metro en la que queríamos subir la habían cerrado, evidentemente no hemos conseguido averiguar el porque, y hemos tenido que caminar hasta la siguiente por una avenida de bloques residenciales todos prácticamente iguales, cuadrados y grises. En la calle había puestos de venta ambulantes donde la gente ofrecía fruta y verdura.

Palacio de los Soviets

Al volver al centro hemos visto un par de puentes sobre los canales que nos faltaban por visitar y la estatua El Jinete de bronce sobre una gran piedra que representa al zar Pedro.

Puene del Banco sobre el canal Griboyedov. Al fondo la Catedral


Jinete de Bronce. Representa al Zar Pedro I

KuntsKamera y una de las Columnas Rostral

Río Neva

Como mañana tenemos que madrugar mucho para coger el tren a Tallinn nos hemos vuelto pronto al apartamento para hacer las maletas y irnos a dormir temprano.

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