viernes, 22 de julio de 2016

Haapsalu y Saaremaa

Estamos en la isla de Saaremaa, al oeste de Estonia y la mayor del país, a la que hemos llegado viajando en ferry hasta la isla de Muhu y de allí atravesando un itsmo.

De camino a Virtsu de donde sale el ferry hemos parado en Haapsalu, una ciudad con un castillo medio derruido, casas de madera, una costa con el agua negra como todas las demás que hemos visto y un paseo marítimo donde hay un banco dedicado a Tchaikovski, porque era un visitante asiduo y disponía de una residencia de verano. En la ciudad se vislumbra el esplendor pasado.
Los hoteles con spa y tratamientos de belleza con barro también abundan en la zona ya que las propiedades curativas del agua marina y del fango termal son famosas desde principios del siglo XIX.

Castillo de Haapsalu

Castillo de Haapsalu

Castillo de Haapsalu

Castillo de Haapsalu

Casa de madera de las muchas que pueden verse.


Café de verano del Kursaal


Casa de madera




Puerto de Virtsu, partida del ferry hacia la pequeña isla de Muhu

Al llegar a la isla de Muhu, el paisaje seguía siendo en mismo que en el continente, todo verde y cubierto de bosque.

La primera visita ha sido a Koguva un pequeño pueblo de pescadores muy pintoresco cuyas viviendas se han conservado desde el S XIX sin apenas variaciones. Como la isla fue una base militar rusa y por tanto no había turismo ni apenas influencia del continente se ha conservado la arquitectura y las costumbres tradicionales en la isla.

 Los tejados de Koguva son de tallos de centeno muy parecidos a los de las pallozas asturianas, debe ser que el clima es muy parecido con pocos días de sol y mucha lluvia.   En la entrada del pueblo te sugieren que pases sólo por las calles marcadas en el mapa y que intentes preservar la intimidad y la tranquilidad de los vecinos

Koguva. Pueblo pintoresco en la isla de Muhu

Koguva. Pueblo pintoresco en la isla de Muhu

Tras visitar Koguva, hemos cruzado el puente que conecta con Saaremaa para dirigirnos directamente a Angla a ver los molinos de viento típicos de la zona. Desde la carretera ya se pueden divisar, pero si quieres entrar al recinto y visitarlos por dentro hay que pagar una entrada. La entrada familiar, de padres con hijos menores de 18 años costaba 6 € y la señora de la taquilla ha puesto cara de asombrada-incrédula cuando le decíamos que nuestros hijos tenían 14 y 16. En Rusia, que son más desconfiados y burócratas, nos hicieron enseñar los pasaportes un par de veces al comprar entradas para museos para asegurarse que los niños eran todavía menores de edad.

Molinos de Angla

Molinos de Angla

Molinos de Angla

Alrededores de Angla

Molinos de Angla

Molinos de Angla

Las construcciones antiguas, molinos, palacios y viviendas  son casi todas de madera, pero también hay casas más modernas en todo el país construidas con este material.

El cráter producido por un meteorito en Kaali también ha merecido una parada en el camino,  el agujero del cráter está cubierto de agua por lo que parece un pequeño lago. En realidad hay 7 cráteres más pequeños en los alrededores ya que el meteorito se fragmentó antes de colisionar.

Cráter de Kaali

Finalmente hemos llegado a la ciudad más importante de la isla, Kuressaare, que tiene un castillo medieval fortificado por una ciudadela de estilo traza italiana y totalmente rodeada de un foso.

Casas de madera en Kuressaare

Casas de madera en Kuressaare

Castillo de Kuressaare


Vamos a dormir en un complejo de cabañas modernas pero edificadas según el estilo tradicional de la zona con el techo de paja y construidas con madera, en medio del campo.




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