Esta noche hemos pasado un poco de frío en la tienda, y eso que nos habíamos puesto las camisetas térmicas debajo del pijama, pero el pantalón corto no era muy adecuado para estas montañas.
Bien temprano ya estábamos empezando las visitas. El Kings Canyon National Park es colindante al Sequoia Park y la mañana la queríamos dedicar a este parque en el que también hay secoyas.
Hemos ido al General Grant Tree, la segunda secoya más grande, y nos ha gustado más que la primera pues está en un bosque muy agradable con muchos árboles más.
Las secoyas comparten espacio con abetos y sugar pines, estos últimos dan unas piñas enormes, más largas que la cara de Hugo.
a la izquierda piña de sugar pine y la derecha piña de secoya gigante
Como son tan inmensos la gente no se creía que existían, y los primeros exploradores blancos de esta zona cortaron el más grande de todos para llevarlo a la Exposición Universal de Philadelpia. Y ni aún así lo creyeron pues le llamaron el Engaño de California. Todavía se puede ver la base del tronco cortado.
Luego nos hemos encaminado al Kings Canyon, de origen glaciar y formado por paredes muy verticales de granito en forma de V, la carretera discurre por el fondo junto al río durante unos 20 km.
Además de una excursión muy bonita por un prado junto al río, Zumwalt Meadow, hemos ido a dos cataratas, la Grizzly y la Roaring River.
Estos dos parques están llenos de vida. Bosques, ríos y riachuelos son el hábitat ideal de algunos de los animales que hemos visto hoy: lagartijas con la barriga azul, pájaros azules con cresta, águilas, ciervos (incluso uno ha pasado a escasos metros de nuestra tienda mientras hacíamos la cena), marmotas, ardillas, chipmunks.
Por la tarde una oportuna lluvia ha hecho que la mayoría de los visitantes abandonaran la zona y después de ver el Giant Forest Museum donde hemos aprendido muchas cosas sobre árboles varios hemos podido hacer una fantástica excursión en solitario por el Soldier Trail y el Alta Trail.
Atravesando un bosque precioso hemos visto muchísimas secoyas y nos hemos podido acercar a ellas, pues como tienen unas raíces muy superficiales en las zonas con más visitantes no puedes abandonar el camino para no dañarlas.
Algunas de las que hemos visto estaban medio quemadas pero como son muy resistentes al fuego la mayoría sobreviven después de un incendio, es más, los incendios regeneran el suelo lo que les ayuda a seguir creciendo y a que germinen las semillas. Pueden vivir más de 2000 años.
Vamos a ver si conseguimos cenar antes de que anochezca unos entrecots que cocina el maestro fogonero Txus.
Millas del día: 135.
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