Hemos madrugado mucho. A las 8:15 teníamos que estar en el Pier 33 para embarcar con destino a Alcatraz, la prisión más famosa del mundo. Aunque la isla ha tenido otros usos a lo largo de la historia el periodo que fue cárcel es el que la ha hecho famosa.
En el puerto hemos visto navegando algunas de las embarcaciones de la America's Cup que empieza en un par de semanas.
El día estaba nublado y hacía frío. Nos hemos ido alejando de la costa hasta llegar a la isla, hoy en día bastante deteriorada.
Allí nos ha recibido un ranger y tras escuchar sus explicaciones hemos empezado a subir hasta la prisión, rodeados de edificios medio derruidos que albergaron la tienda de los empleados, la morgue, la casa del alcaide, la torre de guardia, trozos del antiguo fortín...
La visita al interior de la cárcel se realiza con una audioguía, con lo que consiguen tener a un montón de visitantes merodeando por los pasillos en absoluto silencio.
Mientras vas recorriendo las diferentes estancias vas escuchando historias que pasaron allí, contadas por presos y carceleros.
Las celdas son muy pequeñas con una cama, un water, un lavamanos, dos estantes, una mesita y un conector para oír la radio con auriculares.
Daba un poco de mal rollo ver las galerías con los tres niveles llenos de celdas. Era una cárcel fría y azotada por el viento.
El bloque D estaba dedicado a las celdas de castigo con puerta doble que dejaban el interior casi a oscuras. Algunas estaban abiertas y podías entrar e imaginar como sería la sensación de estar allí aislado durante días.
También te explicaban la historia y podías ver el agujero que hicieron unos presos que consiguieron fugarse mientras el alcaide estaba de vacaciones de pesca. Algunos dicen que estos prófugos murieron ahogados pero oficialmente se les continua buscando.
Completa el tour la visita al comedor, la biblioteca, la administración, el patio, las ventanillas de las visitas y la oficina del alcaide.
Desde fuera del edificio se ven perfectamente las calles empinadas de San Francisco que van a dar al mar.
Finalizada la visita a Alcatraz nos hemos encontrado una retención para salir de la ciudad dirección sur.
Seguimos enseñándoles universidades a nuestros hijos y hoy era el turno de Stanford. Hemos ido a la parte administrativa que es una mezcla de la Alhambra y el claustro de un monasterio, con muchos jardines y espacios abiertos. Nos ha gustado mucho.
Stanford se encuentra en Silicon Valley, el centro mundial de la industria y los servicios informáticos y tecnológicos. Hemos pasado por al lado de las oficinas centrales de Google, las de Linkedin ( en construcción) y del centro de investigación de la NASA, entre otros.
Al salir de Silicon Valley hemos vuelto a encontrar caravana durante un montón de millas hasta llegar a la costa.
Para ir a San Luis Obispo, a medio camino entre San Francisco y Los Angeles existen dos carreteras, la autovía 101 que va por el interior y la carretera de costa 1, llamada Big Sur.
Hemos elegido ésta última. Acantilados, montañas frondosas, playas azotadas por el viento, fantásticas vistas del océano, focas en calas inaccesibles y muchas curvas nos han acompañado durante unos 100 km.
En Pfeifer Beach la arena es púrpura a causa de unas rocas rosáceas que se deshacen con facilidad.
Es una costa muy virgen, con varios state park que seguro merecen ser visitados con tranquilidad. No hay pueblos ni apenas servicios, sólo algún cámping o lodge muy de vez de cuando.
Como habíamos hecho tanto rato de caravana nuestro planning se ha ido al traste y se nos ha hecho de noche a medio camino, así que no hemos podido acabar de ver el resto de la ruta que incluía entre otros incentivos playas con elefantes marinos.
Este ha sido un día muy largo, como algunos otros en las vacaciones. Vamos a descansar que nuestro último destino, LA, nos espera mañana.
Ver USA50. San Francisco-San Luis Obispo en un mapa más grande
Millas del día: 272
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